Por: Willy Hierro Allen
Quiéralo o no, la historia de El Transportador es simple. Un mensajero que se dedica a ‘transportar paquetes’ basado en sus propias reglas: uno, nunca se puede modificar un trato; dos, nada de nombres; y tres, nunca hay que ver dentro del paquete. Parece tonto, fácil, absurdo cobrar (y pagar) miles por una mera transportación, pero…
La imaginación de Luc Besson y su incuestionable talento, han hecho de El Transportador uno de los personajes más famosos del cine de los inicios de este siglo XXI para bien del actor Jason Stathm, que interpreta el personaje Frank Martin, en una saga de filmes (los tres primeros) de acción y escenas de autos verdaderamente fantásticas.
El Transportador (I) debutó en octubre de 2002 escrito por Luc Benson. Su inspiración está basada en la serie de filmes The Hire, realizada por BMW, el fabricante alemán de automóviles. Frank Martin dice que su auto es un BMW Serie 7 750iL de 1999, con caja de cambios manual. También utiliza un Mercedes-Benz W140 SEL 600 V12 AMG y varios Peugeot en roles de menor categoría, como autos de policía.
La trama es recurrente, Frank Martin es el bueno que logrará salvar al (la o él) infeliz personaje envuelto en un asunto muy peligroso. El Transportador I aborda el tráfico humano, Lai Kwai (Shu Qi) es el ‘paquete’ que en unos 92 minutos de acción es salvada por Frank. Está aderezada con el romance de Lai y Frank y la conducción temeraria del Transportador.
En este primer filme, se nos presenta el personaje interpretado por Stathm: mercenario, ex-soldado de Fuerzas Especiales, versado en artes marciales y excelente conductor de automóviles. Siempre impecablemente vestido, frío y con sus propias reglas. El escenario, la costa azul de la Riviera francesa. El costo de la cinta: 21 millones, y recaudó 44.
En 2005 llega El Transportador II. Frank, chofer en Miami de la familia de un científico al que le secuestran el hijo. Amén de acción, hay virus mortal, pago por secuestro y romance, esta vez con la mamá del niño. Conducción espectacular y fantásticos saltos del Audi W12, de 6 300 cc FSI y 500 CV. La película costó 32 millones y recaudó 85.
El Transportador III viene en 2008. Frank regresa a Francia y vuelve a su labor de ‘mensajero’, el ‘paquete’ es Valentina (Natalya Rudakova), hija de un importante político en Ucrania, Leonid Vasiley (Jerone Krabbe). Tema: desechos tóxicos, contaminación ambiental y manillas explosivas, las que al separarte más de 20 metros del Audi, estallan. No falta el ya habitual romance, ahora de Valentina-Frank ni el manejo temerario por Marsella, Budapest y Odessa. Costo del filme: 40 millones, recaudó 110.
Sin Jason Stathm El Transportador Recargado (2015) no es igual. Aunque sea escrita por Luc Benson y el actor Ed Skrein haga de Frank Martin, el chofer mercenario que ofrece sus servicios al mejor postor. Incluso con el Audi S8 Plus, ‘el premium más potente’, con motor V8 biturbo, 4 000 cc y 605 CV, así como las habilidades en artes marciales de Skrein.
La historia se repite: trata de personas (mujeres para prostituirlas). Anna es quien contrata a Frank: ella y dos paquetes (todas jóvenes idénticas). Roban al proxeneta ruso su cuenta de banco y comienza la acción. Frank y Anna (Loan Chabanol) tienen su romance, los ‘malos’ reciben su merecido y los ‘buenos’ son felices, aún con daños colaterales.
¿Se le agota la gasolina a El Transportador? Veremos…
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