María Eugenia y su estela de éxitos
Dentro del amplio repertorio construido en el tiempo, la célebre soprano lírica cubana María Eugenia Barrios,ha marcado pautas, y dejado una inmensa estela de éxitos y una amplia galería de personajes que le siguen aún en las tablas, a pesar del tiempo…
En estos días, la célebre cantante está de fiesta con los recuerdos. Es un instante importante en una larga carrera profesional que llega a sus 60 años dedicados al arte lírico, donde ha dejado imperecedera impronta. María Eugenia Barrios, nadie lo duda, sinónimo de amor, pasión, profesionalismo, conjugados con una voz que aún nos deleita y hace sentir delicadas sensaciones sonoras, esas con las que conquista el tiempo.
El calendario de este 2019 ha llegado plagado de muchas alegrías. Entre ellas, la presentación de su ¡primer CD!, del sello Colibrí, luego de casi 10 años de grabado. Ese anhelado sueño de la ARTISTA se hizo realidad en un inolvidable concierto, recientemente, en el teatro Martí. De aquella tarde, puede decirse que por la naturalidad y frescura con la que cantó parecía que resultara bien fácil, porque es impresionante que luego de dos lustros interpretara en vivo las piezas del disco, grabado con la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, bajo la dirección del maestro Roberto Sánchez Ferrer, en esa institución y en los estudios EGREM, y masterizado en los Estudios Caribe.
Lo que nadie imaginó fue que esta mujer interpretaría, todas las obras comprendidas en el fonograma, luego de una larga década, rozando los 80. Pero, con su talento natural/fuerza escénica y vocal interpretó: Addio del passato (aria de La Traviata) y D`amor sull`ali (aria de El Trovador), de Giuseppe Verdi; Donde lieta usci (aria de La Bohéme), Vissi D`Arte (aria de La Tosca) y Un bel di vedremo (aria de Madame Butterfly), de Giacomo Puccini; Voi lo sapete o mamma (aria Cavalleria rusticana), de Pietro Mascagni; Recitativo y balltella de Nedda (aria de Los Payasos), de Ruggero Leoncavallo; Romanza de Amalia Batista (zarzuela homónima), de Rodrigo Prats; Canción de cuna y Romanza (Cecilia Valdés), de Gonzalo Roig; y las Romanzas de Rosa La China, y de María La O, de las zarzuelas homónimas de Ernesto Lecuona. Una verdadera prueba de fuego que levantó de sus asientos a un público emocionado que llenó el lunetario y aplaudió/vitoreó con ¡bravos! tal proeza. No fue para menos. Y lo más interesante: ni su frescura vocal ha mermado, su fiato, el legato en pasajes bien complicados, la interpretación diferente en cada personaje… No por azar, los asistentes no dejaban de ovacionar cada obra, maravillados por la excepcionalidad de esta soprano.
Acompañada al piano por Ivón Rivero Díaz (otro sonoro aplauso), fue una tarde inolvidable para todos los que tuvimos la suerte y dicha de oír, en vivo el único fonograma de esta prestigiosa soprano cubana. Los testimonios de eminentes personalidades de la Cultura Cubana que aparecen en el fonograma no se equivocaron en nada. “…Considero desde mi luneta de espectador y sin ninguna intención de convertirme en crítico musical, pues sólo soy un amigo y admirador de su talento y su calidad humana, que María Eugenia Barrios trascendió a la posteridad desde ya y con el tiempo su aporte extraordinario a la cultura, será cada vez más respetado y reconocido”. (Frank Fernández). “Hace falta para triunfar plenamente, estudio, dedicación y disciplina. María Eugenia Barrios es un ejemplo de todo ello, de ahí el hecho de su carrera llena de triunfos”. (Esther Borja).
60 años de vida artística
El triunfal debut de María Eugenia Barrios, tuvo lugar el 31 de mayo de 1959, a los 18 años de edad, cuando en su graduación de maestra normalista, cantó la salida de Cecilia Valdés con la Banda Nacional de Concierto, bajo la batuta del insigne ¡maestro Gonzalo Roig! Así entraba por la puerta ancha del Olimpo de la Historia musical cubana de la mano del eminente músico.
Ahora, la eminente soprano regresará a las tablas de la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes (La Habana Vieja), un día antes, el 30 de mayo (7:00 p.m.) para festejar, con sus admiradores, amigos y colegas el importante acontecimiento junto con invitados de la talla del barítono Waldo Díaz, la soprano Ivette Betancourt, los tenores Bernardo Lichilín y Mario Travieso, acompañados al piano por Ivón Rivero Díaz. Ella, sobre la escena, que no cesa, dejará otra impronta. En ese alto momento de su vida, vienen a la mente unas precisas y certeras palabras que el colega, Rufo Caballero le dedicara a la artista: “Al cantar Maria Eugenia demuestra por qué está sentada en las nubes hace décadas. Todavía coloca la voz justo donde se debe y pasea los agudos con brillantez, seguridad y comedimiento, así la artista evidencia cómo cantar bien, no es sólo un asunto de extensión vocal…”.