Paradójicamente la situación que vive el mundo por la crisis sanitaria mundial a raíz de la muy mencionada palabra COVID-19, no dimensiona el contexto lingüístico de la misma, los términos epidemia (enfermedad contagiosa que se propaga rápidamente en una población, afectando un gran número de personas durante un determinado periodo de tiempo), pandemia (cuando un brote epidémico, afecta a regiones geográficas más extensas) y enfermedad endémica (aquella afección que persiste de una forma continuada en una zona determinada) se han puesto de moda. Diferenciar estas palabras para los que no conocemos de medicina, o no somos virólogos (profesionales de la medicina que se encargan de estudiar los virus) no es nada fácil.
Y qué decir de la palabra confinamiento (acción o efecto de confinar, y -confinar -verbo irregular, que significa recluir a alguien dentro de limites o desterrarlo a un lugar determinado) y si sigo así, tendré que seguir definiendo -recluir y desterrar, ampliando más el dilema de las letras y juego de palabras que se utilizan en este contexto social, político y de salud.
Lo único cierto es que nada volverá a ser igual, y que en un futuro no sabremos a quién pasar la factura de los daños causados, y sea cual sea el origen del virus, ya sea que se haya originado en un mercado en Wuhan o en un laboratorio, la ironía es que dos países se pelean el liderazgo político mundial en plena crisis. Porque son dos discursos diferentes uno por el continente asiático y otro por el lado del continente americano, un juego de palabras y de hechos, que lo único que han hecho es desinformar al mundo.
Durante esta guerra biológica se han utilizado eufemismos, políticamente correctos, para evadir responsabilidades y se han alabado a los “galenos” (término griego para definir médico) en el mundo; mientras que otros ignorantes, dizque por temor al contagio a los mismos llaman despectivamente “matasanos”, utilizando un disfemismo, al referirse a los profesionales de la salud.
Esperemos ahora que el término “cadáver”, no sea suprimido del lenguaje natural por una elegante palabra como “el no vivo”, acotando a los miles de muertos víctimas de la enfermedad, a sabiendas de que estamos aislados y que en muchos países la pandemia se extendió, por la ineficiencia de algunos gobiernos, y no podemos salir, porque con lo único que podemos viajar es con el pensamiento y con las palabras, en esta restricción social.
Lo único seguro es que las palabras más actuales y más consultadas son: morgue, inocuo, remitir, solidaridad, altruismo, humanitaria, resistir, resiliencia, asintomático, contagio, intubar, afectar, mascarilla, sanitizar, cuarentena, guantes; mientras que las palabras menos aceptadas virus, pangolín o murciélago. Es por eso, que debemos cambiar nuestro lenguaje, y utilizar frases más positivas que nos acerquen en esta distancia y encierro. Qué bueno sería que el mundo se llenara de amor, ánimo, alegría, esperanza, abrazos virtuales, mimos, besos, halagos, unidad y familia.
Vale la pena, desde @ArteExcelencias crear una red de amigos que etiqueten #cualestumejorfrasencuarentena a fin de consolidar un positivo grupo que anime a aquellos que se encuentran en desventaja económica y social.
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