#INGOYA en Granada
Martes Santo en Granada. Un día normal en tiempos de la Covid: sin procesiones, sin grandes multitudes. Solo en un par de sitios hay pequeñas colas: en las iglesias, en la heladería Los Italianos (abierta con los primeros colores de la Primavera) y en el Palacio de Exposiciones y Congresos.
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Este martes, además de ser Semana Santa para los fieles cristianos, se cumplen 275 años del natalicio de Francisco de Goya y, ¿casualmente?, se estrenó aquí una exposición inmersiva con más de mil imágenes del genial pintor. Así que los lugareños y los pocos turistas que se han saltado el cierre perimetral aprovechan para ver #INGOYA, pasarse por alguna iglesia y tomarse luego un helado.
A mediodía, frente al Palacio de Exposiciones y Congresos ya hay gente esperando para ver a Goya: un padre y sus tres hijas adolescentes (por su acento, extranjeros), grupos de amigas y amigos, muchos jóvenes, algunas parejas que peinan canas… y hasta un reportero de Arte por Excelencias.
La obra del español es universal y atrae a gentes de todas las edades y nacionalidades. Eso lo han tenido en cuenta los organizadores, y durante la proyección será la música (Albéniz, Falla, Granados…) quien nos adentrará en su rico legado pictórico, repartido en colecciones privadas y museos de todo el mundo, principalmente en el madrileño Museo del Prado.
#INGOYA es una experiencia inmersiva donde se combinan imágenes en gran formato, movimiento y sonidos que envuelven al visitante y le hacen vivir la obra del pintor de una manera única.
En las 35 pantallas gigantes, de cinco metros de altura, 40 proyectores de alta definición dan vida a muchas de esas pinturas, óleos, grabados y dibujos, que nos permiten hoy hacer un recorrido por la época de Francisco de Goya (1746-1828), desde los paisajes lúdicos en La pradera de San Isidro hasta los violentos sucesos del 2 de mayo.
Cuando no existían la fotografía y la televisión, los artistas también eran cronistas e historiadores. Y desde su posición privilegiada, el pintor oficial de la corte española lo retrató todo: animales (Riña de gatos, Pavo muerto y pelado), los rostros de la monarquía y de la nobleza (La familia de Carlos IV, Los duques de Osuna y sus hijos, La duquesa de Alba), o los usos y costumbres (El entierro de la sardina, La romería de San Isidro, La vendimia).
Goya también reflejó en su pintura el horror de la guerra. Además de las famosas pinturas El 2 de mayo de 1808 en Madrid y Los fusilamientos del 3 de mayo, recreó en una serie de 82 grabados los desastres de la llamada Guerra de Independencia española.
Pero no todo fue gloria… Su trabajo muchas veces provocó polémicas, censuras, llamadas a contar ante el tribunal de la Inquisición… tanto por sus postreras Pinturas negras (con un Saturno devorando a un hijo atacando frontalmente al status quo), como por la serie de las majas (una modelo que aparece desnuda y luego vestida, muchas veces señalada como la mismísima duquesa de Alba, tan cercana al autor y tantas veces retratada por él).
Este Martes Santo (como cada día hasta el 20 de junio), cuando se apagan las luces en el hall del Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada, en las pantallas de #INGOYA los pájaros vuelan, cae nieve, desfilan personajes centenarios… y, desde sus numerosos autorretratos, Goya sonríe al abrirnos esta puerta digital a la historia de aquella España castiza.
Sin spoiler.
Fotos: @yricardo
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