El II Salón Excelencias del Motor reverenció la historia del automóvil en Cuba

El volumen Historia y pasión del automóvil en Cuba, de Marcelo I. Gorajuría Marichal, fue presentado en el contexto del II Salón Excelencias del Motor celebrado en el recinto ferial Expocuba los días 6 y 7 de abril de 2019. 

Este libro, publicado por Ediciones Cubanas, de Artex, en el año 2015, es una reconstrucción inédita de la historia del automóvil en Cuba, desde finales del siglo XIX y que parte del arribo del primer auto a la Isla en 1898, y los primeros pasos del desarrollo del mercado automovilístico procedente de Europa en el país.

Por más de ocho años, el autor se dedicó a investigar y recopilar información bibliográfica acerca del tema; una pesquisa extraordinaria fue la que realizó en los periódicos que reseñaban las carreras automovilísticas, un aspecto absolutamente novedoso y muy bien narrado en el libro, que abarca desde la primera carrera en el año 1903, hasta la última, que se desarrolla en el año 1962.

Por otra parte Gorajuría Marichal también se apoyó en los testimonios de importantes pilotos cubanos de los años 50; coleccionistas de autos antiguos y amantes del motor que atesoraban anécdotas y recuerdos que dieron un toque humano a esta historia.

El libro se estructura en doce capítulos que abordan, además de los temas mencionados, la descripción de los hipódromos cubanos donde se desarrollaban las carreras y otros circuitos de competencias; detalles de marcas específicas presentes en la Isla como la Ford y su fuerza en el mercado nacional; las casas comercializadoras de autos y accesorios, y la presencia de célebres pilotos internacionales que participaron en las carreras cubanas, entre ellos el mítico campeón argentino Juan Manuel Fangio.

Uno de los asuntos que se reseñan en detalle en el volumen es el auto en diversas funciones sociales, la conservación y restauración de los de fabricación norteamericana y el ingenio con que los dueños de muchos de estos han innovado en el empeño por mantenerlos de manera original lo que ha permitido que hoy el país, y fundamentalmente La Habana, sea un museo automovilístico rodante, para asombro de los visitantes extranjeros.

El capítulo 11 está dedicado al resurgir de las carreras automovilísticas en Cuba en el año 1997 con la realización del Gran Prix de Karting en el circuito del Malecón habanero, específicamente en la zona de La Piragua, en la semana del 10 al 17 de febrero, que contó con la asistencia de destacados expilotos de Fórmula 1 e Indy en la modalidad de karting, y de importantes directivos de la Federación Internacional de Automovilismo y como principal promotor con el campeón de automovilismo de velocidad suizo Clay Regazzoni (Suiza 1939- Italia 2006).

Historia y pasión del automóvil en Cuba, cierra con el nacimiento y desarrollo de los clubes de autos antiguos en la Isla, entre ellos el que lleva por título A lo cubano y del cual el autor es fundador; esta escudería, una de las más grandes y mejor organizadas del país convoca desde hace varios años al Rally de Regularidad-Copa Castrol, en La Habana.

Una extraordinaria galería visual— más de cuatrocientas imágenes—acompaña la información de este libro, con fotos de los primeros automóviles que entraron al país, las carreras, los pilotos, los negocios de automovilismo; anuncios en el Diario de La Marina y otros de autos, piezas, garajes; imágenes de las carreras y los pilotos y sobre todo de muchos autos antiguos de diversas marcas y elementos distintivos de los mismos como logos, caretas, motores, timones, pizarras y espacios interiores.

Otro acierto indiscutible de esta historia es que está narrada de manera muy sencilla y a la vez apasionada, fundamentalmente en los fragmentos dedicados a las carreras; el autor logra contagiar al lector el entusiasmo por el mundo del automóvil y consigue provocar una lectura fluida y placentera.

No es ocioso recalcar que Historia y pasión del automóvil en Cuba es un empeño inédito con el que su autor pretende, y ha confesado, hacer «una pequeña contribución a la memoria histórica de mi Cuba».

Hacia el final del texto, este apunta: « Les llaman autos antiguos, clásicos, viejos, fotingos, almendrones, cacharros; no importa cómo les llamen, constituyen un patrimonio que a diario acompaña, enaltece, embellece el paisaje cubano, y forman parte de la memoria y del imaginario de la nación».