Carles Duarte, un humanista
A Carles Duarte (Barcelona, 1959) se le conoce principalmente como poeta, lingüista, gestor y político, pero también es un excelente fotógrafo. Actualmente dirige diversos centros de enseñanza agrupados en la institución ICCIC de Barcelona. Entre otros cargos de responsabilidad, ha sido presidente del CONCA (Consejo Nacional de la Cultura y las Artes) y de la Fundación Carulla.
Siempre se ha sentido cercano al mundo del arte, ya que cuando se le solicita su colaboración para que sus poemas acompañen la publicación de un libro de artista, no duda ni un momento en hacerlo.
Esta faceta de humanista, más propia del renacimiento que de la actualidad, se ve reflejada en sus fotografías que ahora llenan las paredes de la galería Esart de Barcelona, donde el color y la luz crean una atmósfera especial y singular, originando sensación de calma y sosiego.
Sobre la exposición
La presente exposición forma parte de un proyecto denominado Quadern d’albades (Cuaderno de amaneceres) que arrancó en 2016 con el libro que lleva el mismo nombre en el que aparecen fotografías y poemas suyos junto con textos del que firma este artículo.
A partir de 2017 se inició un ciclo itinerante de exposiciones -diez en total- que ha viajado por toda Catalunya y que ahora finaliza en la galería Esart, donde se puede contemplar una cuarentena de obras.
De hecho, a Carles Duarte siempre le ha interesado el paisaje, pero no el más habitual, sino el de los amaneceres –aunque también los crepúsculos-, o sea, el tiempo que transcurre desde la aparición del alba –primera claridad del día- hasta que sale el sol.
En sus obras el protagonista es el color. Un color que se puede relacionar en el ámbito pictórico con el expresionismo abstracto americano o bien su homólogo europeo como es el informalismo. Como estudioso de la fotografía, pasa mucho tiempo observando el cielo, buscando los mejores momentos que quiere representar. Lo hace mediante una sucesión de imágenes obtenidas en un período concreto.
Posiblemente el color sea uno de los aspectos más difíciles de mostrar fotográficamente, por ello el artista va a la búsqueda del cromatismo más adecuado a sus propuestas creativas, en que la aparición de diferentes tonalidades origina un universo muy especial.
Por ello, cuando nos sumergimos en su trabajo nos damos cuenta de que la fotografía es una forma de expresión artística muy compleja. De hecho, es un gran estudioso, y dedica largas sesiones a la contemplación del espacio. Se produce la circunstancia de que dispone de diversas cámaras y telescopios, lo que indica hasta qué punto le interesa el estudio del universo.
Las imágenes corresponden principalmente a los cielos de Barcelona y de L’Escala, pequeña localidad situada en la Costa Brava gerundense, que son dos lugares bien diferentes, sobretodo porque en la capital catalana la mayoría de las veces el cielo no es lo suficientemente nítido para poder captar con precisión todos los cambios de color.
En la localidad gerundense, Duarte puede apreciar y captar con más claridad la aparición del sol. De todos modos la mayoría de las obras del artista expresan las ideas de soledad y reflexión, no solamente por la hora tan temprana del día, sino porque los efectos cromáticos que surgen provocan esta sensación de calma y serenidad.
Sobre sus aportes y...un poema
Considero sinceramente que la mayor aportación de Carles Duarte al universo fotográfico es plasmar que el arte y la poesía pueden ir perfectamente unidos en el momento de representar la naturaleza, una naturaleza que cada día es una nueva exploración de lo que sucede delante de sus ojos, captando y generando imágenes inesperadas, imprevistas.
Según sus propias palabras, el cielo –que se pasa horas y horas contemplando- “se va vistiendo de rosas de plata y el horizonte se adelgaza y se vuelve penetrante…”.
“Se desvanece la tiniebla;
lentamente se impone
una claridad enrojecida
desde el umbral del mar.
Sábana de fuego,
se desangra el amanecer;
se ensancha la herida
en el fondo de nuestros ojos
mientras la noche se aleja
El cielo,
color de madera de amaranto,
va declinándose en pétalos…”
Carles Duarte