Por Yordanis Ricardo Pupo
"Cuando vino mi abuela
trajo un poco de tierra española,
cuando se fue mi madre
llevó un poco de tierra cubana.
Yo no guardaré conmigo ningún poco de Patria:
la quiero toda
sobre mi tumba".
Recordando estos versos despide Cuba esta semana a Carilda Oliver Labra (Matanzas, 1924), Premio Nacional de Literatura y una de las poetisas hispanoamericanas más importantes del último siglo.
La autora falleció en la madrugada de este 29 de agosto, a los 96 años de edad, en su domicilio de la ciudad de Matanzas: la mítica casona de la Calzada de Tirry No. 81, donde hace solo unos meses recibió el Premio Excelencias, entregado personalmente por nuestro presidente, el Sr. José Carlos de Santiago.
Le puede interesar: Premio Excelencias en manos de Carilda Oliver Labra
En una época donde las mujeres eran todavía objetos decorativos, Carilda estudió Derecho en la Universidad de La Habana y ejerció la profesión en su ciudad natal, donde vivió siempre.
Desde muy joven incursionó en el dibujo, la pintura y la escultura, pero fue en la poesía donde encontró definitivamente su camino. Un camino no siempre lleno de rosas, pues su peculiar estilo era demasiado atrevido para aquella sociedad:
“Anoche me acosté con un hombre y su sombra.
Las constelaciones nada saben del caso.
Sus besos eran balas que yo enseñé a volar.
Hubo un paro cardíaco”.
Para Carilda no hubo nunca barreras sociales, y aunque se describiera “débil, rubia, poetisa, bien casada…”, vivió como quiso, con quien quiso… y nos legó versos eternos. Porque, qué cubano o cubana no le ha dicho a su amante: “…cuando voy en tu boca, demorada / me desordeno, amor, me desordeno”.
Además del reconocimiento popular, su fecunda obra también recibió importantes premios literarios, como el Nacional de Poesía (1950), el Nacional de Literatura (1997) y el internacional José Vasconcelos (2002). También la Orden Félix Varela de Primer Grado, la más alta distinción entregada por el Consejo de Estado de Cuba.
En 2004 se le dedicó la Feria Internacional del Libro y la Literatura, y a la vez que se reeditaban sus obras (y ensayos sobre ella), la escritora, que para entonces tenía 80 años, recorrió la isla de punta a punta, encontrándose con varias generaciones de lectores.
Aún recuerdo nítidamente su llegada al Bosque de los Héroes, en Holguín, donde muchos tuvimos que escucharla sentados en las aceras, porque las sillas fueron pocas,como mucho fue el silencio que rodeó sus lecturas y anécdotas. Sobre todo cuando nos habló de la partida de sus padres hacia los Estados Unidos.
Al triunfar la Revolución Cubana, la burguesía a la que Carilda pertenecía por nacimiento, decidió marcharse… pero ella, otra vez la chica rebelde, se quedó; sin familia, pero fiel a su Patria… hasta este miércoles, 29 de agosto de 2018 en que, si se cumplen sus versos, tendrá toda la tierra de su patria, sobre su tumba.
¡Bendita suerte, querida Carilda!
Vea también: Carilda Oliver Labra: "Yo seguiría viva toda la vida y toda la muerte"