Siempre ha sido y será grato escribir mis contares a Excelencias, donde cultivo unas amistades que con solidaridad de doble vía fortalecen mi espíritu guerrero.
Sin dudas que la pandemia ha afectado a todos de una u otra manera…aún con nuestra localización geográfica en un curioso cinturón del globo terráqueo donde el castigo sanitario no ha sido tan duro como en otras latitudes.
En la franja que pasa por el Caribe, el ardiente sol, el ser isleños y hasta tomar las cosas “de vaina" podría de alguna manera atenuar la virulencia del SARS COV 2 y a pesar de la indisciplina por ignorancia de los más, hemos sido dichosos pues la asistencia hospitalaria nunca ha sido desbordada y si bien suben los casos, los fallecimientos no son tan altos como los agoreros vaticinios.
Siendo una persona de altísimo riesgo, de casi 80 años, asmático, alérgico, me he impuesto un aislamiento obligado, prácticamente total, pues sólo comparto la vivienda con mi esposa que también tiene aumentados los riesgos y restringidas sus salidas.
Afortunadamente todas nuestras necesidades están cubiertas, ya que en cuanto a alimentos y medicamentos, nos los traen a un área de recibo preconcebida, donde son cuidadosamente fumigados antes de entrar a la casa, y dejados al sol por lo menos veinte minutos.
En lo personal no he sentido el rigor del evento por varias razones: tengo una casa grande con espacios diversos, los cuales alterno hasta en la dormida, un solar más grande contiguo con mi taller también amplio que me ha permitido trabajar a diario, hacer caminatas de tres kilómetros diarios al sol, ejercicios de judo y meditación con mucho tiempo para repasar literatura, hacer videos de mis técnicas y ponerme al día con una infinidad de proyectos atrasados pendientes.
El encierro obligatorio me sorprendió lleno de materiales, barros, esmaltes, óxidos y me trajo… TIEMPO, tiempo para no hacer nada,… ¡haciendo!
Armo cuatro libros: 50 años de "garabatos" o dibujos de mis cuadernos, empezando por el año 1965, con años de dos o más cuadernos, lo que supone unos cuatro o cinco mil dibujos que habrán de ser manejados y seleccionados por un curador entretenido.
La reimpresión de mi Manual de Fotografía Deportiva, un Libro de Poesías y otro libro de Fotos de Deportes realizadas por mí en la etapa 1964-84, son de los pendientes en repaso.
Organizo con cuidado y apoyado en abogados norteamericanos un sometimiento a Diego Costa Peuser, editor argentino de Arte al Día, radicado en Miami, el cual me estafó al no cumplir desde hace 5 años con el compromiso de reimpresión de mi libro Identify, Identify, Premio Nacional de Literatura 2010, y luego de haber recibido los honorarios de avance estipulados.
Y no sólo la estafa se llevó a cabo, sino que al día de hoy incumple el enviarme las matrices de esa publicación con fines de una necesaria reimpresión, que lectores demandan.
Al mismo tiempo preparo dos exposiciones para el 2021, una que título "Aon Saggar", de mis populares perros mudos taínos y la otra "Arresto Domiciliario" con obras de investigación matérica que me ha permitido el encierro y que he disfrutado a plenitud.
Todo lo anterior ha estado apoyado en un reforzamiento médico para fortalecer el sistema inmunológico, con ejercicios físicos y alimentación estudiada.
Ya con 79 años debo cuidarme más, con más de 120 días de cuarentena que no he salido para nada....cuando comida y todo lo demás que se me antoja se suple sin necesidad de contacto humano con el exterior.
Al no tener salidas ni contacto social, me propuse al mes hacer símil con Howard Hughes, y desaprensivamente abandonar la vanidad personal dejándome una copiosa barba....la cual ya me está cansando y posiblemente desaparezca en breve guardando por un tiempo más algún blanco bigote como recuerdo.
El abandono corporal, no es sugerido, pues matiza la mente con pensamientos negativos contrario “al secreto” que se basa en atraer lo positivo y somatizar los mejores pensamientos.
Este cambio será otra variable que alimentará mi ego, y al romper el hacer más de lo mismo, establecer nuevos patrones de programación, hará que el confinamiento sea aún más llevadero y con experiencias a contar.
Como ven, me harían falta tres meses más de cuarentena que de seguro feliz pasaría....al menos hasta diciembre, para completar cada uno de los proyectos propuestos y algunos que surgen al paso de los días.
Es curioso pero la tecnología para un análogo mortal como somos, ha sido un apoyo invaluable para llevar a cabo acciones gastronómicas diversas preparando platillos exóticos como mi receta de lerenes con caviar, o haciendo dulces e inclusive licores de las frutas de mi patio.
El encierro (bendito encierro), nos llegó justo pasando otra cuarentena en un proceso de sanación de un divorcio, para cerrar el despido de una compañía fundada acompañando unos amigos y a la cual invertí cuarenta años de mi vida, para hacerla grande……
De buenas a primeras en el pasado diciembre, apenas a dos meses de la llegada del virus, los nuevos dirigentes de la empresa donde laboraba, decidieron cesantearme y “me vi en la calle” cuando al salir el sol un día me dio en la cara un desahucio no anunciado.
Pero será, lo sé muy cierto que “Dios aprieta pero no ahorca…” y como todo en esta vida es pasajero, me di un descanso mental de dos semanas, compré muchos químicos, camiones de barro sin procesar, pedí esmaltes cerámicos a USA y acumulé 26 libros que tenía pendientes de manosear por vez primera o releer algunos, entre los cuales había dos novelas de la excelsa periodista cubana Marta Rojas “El equipaje amarillo” donde curiosamente aparezco como Thi Mo Yuan, y “Las Campanas de Juana la Loca” que por dos ocasiones quise volver a leer.
Y digo bendito encierro, porque vino a llenar un montón de “pendientes” que debido a la dedicación a mis compromisos laborales y empresariales había postergado.
Han pasado más de 120 días y aún me harían falta unos cien días más para con trabajo diario tratar de al menos “empatar” esos compromisos en deuda.
En el arte empecé a elaborar los reclamados videos de modificaciones a técnicas cerámicas como el Raku, el Saggar y el Barro Papel, di rienda suelta a nuevas investigaciones para empezar a organizar dos exposiciones para finales del 2021, y mi trabajo de taller se hizo cotidiano en “covidianidad” con días de labor de seis de la mañana a ocho de la noche, con un par de horas para ejercicios físicos al caminar tres kilómetros diarios al sol, ejercicios de judo, meditación y una ingesta alimenticia adecuada que sostuviera la carga energética diseñada medicamente.
En este programa intenso de “okupa” se nos ocurrió el programa COVI D’ART, diseñado para ayudar a los artistas y artesanos con necesidad y dificultad para exhibir obras o venderlas.
En este intento digital presentamos el artista, sus obras y la manera de que los lectores puedan contactarlo personalmente y adquirir “a precio de coronavirus” obras que normalmente tienen más valor en el mercado tradicional de las galerías de arte y las exposiciones.
No podía de lado dejar al ARTE FURTIVO, un ejercicio de vida que ya cumplirá ocho años y justo antes de la cuarentena elaboré una pieza nueva, el “ñoñovirus” de la cual solo pudo colocarse uno que se encontró en plena cuarentena mientras también quedaba escondido un cíclope que hasta hoy se esconde pues no se han dado las pistas.
Otra obra frisada y ahora reiniciada aunque ralentizada, ha sido el mural para el Jardín Japonés, en homenaje al Sensei Mamoru Matsunaga el cual hace unos días le colocamos un mural circular.
En breves semanas esperamos entregar al pueblo de Israel el mural circular “SOSÚA”, en recordación a los inmigrantes judíos que fueron recibidos en esa comunidad cuando el mundo entero rechazaba acogerlos.
En medio de la pandemia hay que consignar que el Ministro de Cultura Arquitecto Eduardo Selman Hasbún gestionó con el Gobierno Central una ayuda económica traducida en la adquisición de productos comestibles de primera necesidad a un listado de 666 artesanos y artistas de todas las áreas, listado aprobado solamente para aquellos con necesidad extrema durante la visita del virus.
Alternando los días de regalo reservamos los sábados para la agricultura y disfrute mental de la naturaleza, alimentando y cuidando de especies raras en extinción como las pereskias, la pitanga, el lerén, el tomate de árbol, el lulo, la curuba, el hicaco, el cundiamor y la avellana criolla entre otras…
Los domingos días de descanso, se procura un convite entre cuatro amigos por teleconferencia, se repasa la literatura periodística de la semana, y en la tarde se escriben artículos para mi página THIMO PIMENTEL en Facebook, se editan fotos, se derraman lágrimas por amigos idos en la pandemia, se recrean amores viejos y nuevos teniendo fe en que al día siguiente será lunes con sol para empezar otra semana productiva.
Es de agradecer sin mezquindad, la suerte que hemos tenido de seguir vivos, de disfrutar del tiempo transcurrido en un entorno paradisíaco donde mi reclusión de preso de confianza tiene una casa amplia, tecnología disponible, agua, luz, un terreno para disfrutar, amor y amores, amigos, la naturaleza y mi taller porque todo junto se escribe separado y separado todo junto.
La cultura ha sufrido mucho con la pandemia, museos, teatros, galerías cerradas y muchos artistas en depresión ha sido una constante, sin embargo la tecnología ha permitido con los “webinares” (*), paseos virtuales, y videos instructivos paliar la influencia negativa del encierro.
Lo triste ha sido perder en el camino artistas visuales de la talla de Iván Tovar, Jorge Severino, ambos Premio Nacional de Artes Visuales, Alberto Houellemont, la diseñadora y amiga cercana Jenny Polanco, José Ignacio Morales “El Artístico”, Clara Herrera, ausencias por fallecimiento que han conmovido el mundo de la moda y el arte nacional.
Otra gran pérdida, quizás la mayor y primicia noticiosa, es el abandono de la Escuela de Diseño Altos de Chavón, de su recinto principal donde nació hace 44 años, en Altos de Chavón, de la ciudad de La Romana.
La escuela de diseño afiliada a Parsons School of Design de Nueva York y otras escuelas de diseño ubicadas en Francia y Japón, se inauguró oficialmente en el 1982.
Ahogada económicamente desde hace unos años, la pandemia le ha dado la estocada final y ha tenido que dejar ese mágico y maravilloso enclave, para solo seguir operando en su recinto de Santo Domingo, capital.
La pérdida de “Chavón en Chavón” es un duro golpe a las artes nacionales que nos entristece a todos, se pierde así un Centro Cultural, el Museo Arqueológico Nacional, y la llamada Ciudad de los Artistas, sin olvidar su anfiteatro escenario de grandes acontecimientos artísticos.
El 2020 será tristemente recordado por las pérdidas en vidas de nuestros artistas provocadas por la pandemia pero más aún catastrófica y sensible pérdida de Chavón en Chavón,…la Escuela de Diseño de Altos de Chavón.
Ahora deberá recomponerse el universo del arte y del turismo, replanteándose nuevas estrategias, y al igual que todas las demás actividades del diario vivir, deberán ser motivo de una reingeniería conceptual…donde lamentablemente el distanciamiento que te protege de un virus, sirve paradójicamente de abono a un terreno que recibe a otro agresor de más cuidado, pues puede atacar y llegar a tu mente para causar daños crónicos e irreversibles.
El síndrome de “la cabaña” (**) luego de un encierro largo o de alguna manera un “arresto domiciliario” no consentido, no deseado, imprevisto, y a todas luces temerario está acompañado de las tres “T” temor, tedio y tristeza.
Agravado por una serie de efectos no deseados y complejos en la pandemia, que al ser superada la misma para convertirse en endemia harán impredecibles las implicaciones y consecuencias para mentes débiles o no programadas para afrontar serias crisis en un proceso de recuperación incierto, vulnerable y frágil.
Pero es pertinente hacer hincapié en la salud mental.
Los italianos tienen una frase mágica “il dolce far niente“ que más o menos significa disfrutar del placer de no hacer nada.
A esos que piensan que el tiempo es solo dinero , estar sin hacer nada les parecerá una locura, sin embargo, el tiempo no es dinero, el tiempo es vida, el tiempo es oro, pero dependiendo de cómo se use.
En la actualidad y antes del coronavirus el monstruo dominante usa sus engranajes más aceitados para suprimir la humanidad y el humanismo.
Y se convierte en una trampa la ambición desmedida por el dinero, por lo material que en muchos casos es trampa diseñada para que sea ganancia de terceros.
Perder el tiempo, cambiando de actividad, o simplemente no hacer nada es tan importante como aprovecharlo trabajando.
La importancia del descanso, la relajación y el sueño, activan en el cerebro la red neuronal por defecto que es, precisamente, la que se pone en marcha para producir las ideas más originales y creativas.
Los “milenials” de hoy y los “pandemials” post COVID, están y estarán condicionados por la inmediatez....
"Aquí te pillo, aquí te mato" y algunos lo etiquetan como "latencia cero" (***) inclusive convencidos que tecnológicamente eso es imposible.
El coronavirus ha demostrado una vez más que las prisas solo nos sirven para una cosa: para llegar antes al lugar equivocado.
Relajarse de verdad, cambiando de actividad y practicando el "pluri-ocio" es la más efectiva vía de relajación, desconectándonos por completo del trabajo como tal, y dedicándonos a actividades regeneradoras, y pasionales como el disfrute de la naturaleza, de la buena música sin hacer nada, la pintura, el arte en general, que lleva a la eliminación del tedio mental, consiguiendo un estado emocional más positivo para transportar el efectivo equilibrio sicológico emocional venciendo la impotencia intelectual que nos arropa.
Es en sí una osadía del Grupo Excelencias, un loable atrevimiento, el mantener todo su arsenal de publicaciones y haber estado presente acompañándonos, virtualmente cercanos para aliviar ese peligroso estado de indefensión ante algo que no tenemos manera de combatir y que no podemos controlar.
Desde el más humilde de la familia Excelencias hasta la cabeza que la dirige, vaya nuestro agradecimiento y el fuerte abrazo prohibido, por demás más emocionante.
Finalmente decirles que para nosotros este confinamiento siempre fue abordado con la filosofía del samurái (Bushido) (****), provocando y haciendo efectos del defecto, moldeando la mente, disfrutando lo gratis de la creación que pocos valoran…un amanecer, una luna llena de esperanza, los colores del atardecer, una flor, la magia y potencia de una semilla sembrada, al amor al arte, a la amistad, a la solidaridad, al amor mismo, a los que se aman, al perdón, y con pasión a la libertad individual, el don más preciado que algunos perdieron hace mucho al querer ser prisioneros de sí mismos.
Una batalla más que luchamos, esta vez como “pendejos”…desde lejos, porque a veces se ganan las batallas evitándolas.
Con placer y a la vez honrados, externamos pareceres en exclusiva a Excelencias saludando el esfuerzo de sus soldados por el arte y sus dedicados esfuerzos de aportar cultura como soporte a superar los momentos de incertidumbre que nos trajo la pandemia…preparándonos un poco para las otras que vendrán !
(*) Webinares = (webinar) Seminarios en la web
(**) Síndrome de la cabaña (Cabin fever) = cuando se experimenta miedo por salir a la calle. Miedo a contactar con otras personas fuera de las paredes de nuestra casa, temor a realizar actividades que antes eran cotidianas como trabajar fuera de casa, coger medios de transporte público, relacionarnos con otras personas conocidas.
Aquel que experimenta el “síndrome de la cabaña” puede experimentar ahora, por un lado confort, seguridad y tranquilidad en las actividades en casa a la vez que ansiedad, evitación e irritabilidad por el mero hecho de pensar en salir a la calle o retomar la vida que tenía antes del confinamiento.
(***) latenciacero =algo que muchos ingenieros informáticos rechazan y dicen no existe latencia 0, que sería mejor llamarle "monitorización directa"
(****) Bushido = El Camino del Guerrero