Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid se suman a las felicitaciones a los coreógrafos Olga Pericet y Antonio Ruz por el galardón del Premio Nacional de Danza 2018.
El jurado ha distinguido por unanimidad a Antonio Ruz (Córdoba, 1976) con el premio de Creación «por ser autor de un lenguaje singular y muy personal, construido dentro y fuera de nuestro país, al frente de su propia compañía e interesantes colaboraciones de diversidad escénica».
Pericet (Córdoba, 1975) ha sido galardonada en la modalidad de Interpretación por su «capacidad de aunar las distintas disciplinas de la danza española, actualizándolas en un lenguaje interpretativo con sello propio, por su versatilidad escénica y su valiosa capacidad de transmisión».
Ambos coreógrafos, de origen cordobés, forman parte de la programación de los Teatros del Canal con dos producciones en las que el teatro participa como coproductor.
Antonio Ruz presenta el estreno absoluto de Presente, una reflexión introspectiva en la que aborda la resbaladiza noción de presente, que implica una indagación sobre el tiempo y los impulsos, el pasado y el futuro, sobre lo efímeroy volátil del ahora, sobre lo que él mismo define como el regalo que significa el instante: "Este trabajo pretende investigar el concepto del presente a través de los sentidos y explorar la relación del movimiento y la materia con los estímulos como vías de expresión, como entusiasmo para desarrollar una actividad cotidiana". Y lo hace sin ignorar la incertidumbre, la ansiedad y el vértigo que son signos de estos tiempos de extrema velocidad que vivimos. Esta obra estará en la Sala Negra en tres únicas funciones los días 19, 20 y 21 de noviembre.
Olga Pericet presenta el estreno absoluto de Un cuerpo infinito, un homenaje a la legendaria Carmen Amaya. En su nueva obra, Pericet intenta dialogar con el espectro de Carmen Amaya, para como ella dice "recorrer el camino invisible de sus silencios". Dedicada a la memoria de esta mujer artista que violó convencionalismos, la pieza aparece como una lógica consecuencia de Pisadas, principio y fin de mujer, obra que respondía a esa necesidad de Pericet de hablar de todas las mujeres y su problemática. Pero también de la más reciente, La espina que quiso ser flor o la flor que soñó con ser bailaora, en la que también habitaba una mujer: ella misma, en lo que ha sido una de sus propuestas más personales, donde exploraba lo masculino que hay en ella y cómo se entendía con lo femenino. Esta obra estará en la Sala Roja en dos únicas funciones los días 25 y 26 de mayo.