Por: Guillermo Ximenis
Londres- Los museos de arte contemporáneo más prestigiosos del mundo y algunos de los coleccionistas privados con mayor poder adquisitivo escudriñan desde hoy los catálogos de las 162 galerías reunidas en la feria Frieze de Londres en busca de oportunidades y nuevos talentos.
Al abrigo de una extensa carpa levantada para la ocasión en el céntrico Regent's Park de la capital británica, galerías de 25 países presentan hasta el sábado las obras de sus mejores artistas en la décima segunda edición de uno de los escaparates más consolidados en el mercado internacional del arte.
La actividad en los atestados pasillos de la feria es vibrante desde la primera jornada, cuando los galeristas comienzan a firmar acuerdos, ya sea para vender los trabajos que muestran en Londres o bien para cerrar nuevos encargos y organizar futuras exposiciones.
Lograr unos pocos metros cuadrados de Frieze es el resultado de varios años de trabajo para un galerista y puede ser un punto de inflexión en la carrera de los artistas que están representados en Londres, explica a Efe la responsable de la galería madrileña Elba Benítez.
"Hay una gran competencia entre todas las galerías que solicitan estar aquí, pero una vez estás, logras una gran visibilidad. La carrera internacional de muchos artistas se ha decidido en ferias", explica Benítez, que expone por primera vez en Frieze Londres y presenta trabajos del portugués Carlos Bunga y los españoles Ignasi Aballí y Cristina Iglesias.
Benítez atestigua que las dificultades económicas mundiales no han frenado en los últimos años la expansión del mercado del arte, que en ocasiones ha servido de refugio en momentos de crisis.
"Basta con ver las subastas y las ferias, continuamente hay récords de ventas. En general, el del arte es un mercado muy activo, que funciona", relata la galerista.
La también española Helga de Alvear, veterana en Frieze, subraya por su parte la oportunidad que brindan las ferias para que las galerías influyan en la creación de colecciones, ya sean privadas o públicas.
"Comprar un Caravaggio o un Murillo es fácil, porque son autores que ya tienen una historia. Pero cuando hablamos de artistas que están trabajando ahora mismo, que no tienen una carrera hecha, hay que ensañar a los coleccionistas a que sus colecciones tengan una coherencia", señala Alvear.
La galerista prefiere apostar por un solo artista en la muestra de Londres y este año ha colaborado con Ana Prada, que exhibe en la feria algunas de sus creaciones más recientes.
"Últimamente, las ferias de arte son como supermercados. Ves un bolso o unos zapatos y los compras. Si no conoces a un artista no puedes saber si es bueno o no. Tenemos que intentar que la gente vuelva a pensar un poco en lo que compra. Exponiendo a un solo artista se puede ver mejor en qué consiste su trabajo", razona Alvear.
Desde Colombia, la galería Casas Riegner se presenta por cuarto año en Frieze, una muestra que permite contactar con los "compradores más serios y coleccionistas de primer nivel", subraya la directora internacional de la galería, Paula Bossa.
Coincide con ella Daniela Zarate, de la galería mexicana Kurimanzutto, que ha estado presente en Londres en las últimas ocho ediciones.
"Llegar hasta aquí cuesta muchos años. Tienes que trabajar mucho en la carrera de los artistas, empezar participando en ferias pequeñas para después entrar en las más establecidas. Una vez aquí, todo cambia, desde el nivel de los clientes a los precios de las piezas", reflexiona Zarate.
Fuente: EFE