“La historia del arte muestra que todos los pueblos pasan de lo puramente imitativo a lo abstracto”
Joaquín Torres García
Premio Figari. Reconocimiento a una trayectoria
En esta misma revista hemos mencionado en más de una ocasión al artista uruguayo Juan de Andrés, concretamente la última vez se produjo el año pasado cuando se le concedió el Premio Figari 2022, máxima distinción cultural que otorga el gobierno de su país a un artista plástico en activo. Este premio lo concede el Banco Central de Uruguay desde el año 1995.
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En abril de 2023 se le dedicó una retrospectiva en el Museo Figari de Montevideo, comisariada por Maria Eugenia Méndez, directora de la Fundación y el Museo Gurevich, que permitió al público uruguayo contemplar las diferentes épocas creativas del artista. Y ahora tenemos la posibilidad de ver de nuevo una antológica suya en el Centro de Arte Tecla Sala de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Precisamente en 1996 ya expuso en este mismo espacio, en que el periodista y crítico de arte barcelonés Josep María Cadena comentaba en las páginas de “El Periódico” que es “el pintor uruguayo más importante de la hora presente, basado en puntos de partida de la enseñanza de Torres-García consiguió avanzar en su expresión personal hasta llegar a la cumbre de la originalidad creativa”. Fue la primera ocasión que tuve la oportunidad de conocer de cerca su trabajo
El Centro de Arte Tecla Sala es un equipamiento público de propiedad municipal ubicado en una antigua fábrica textil del siglo XIX, considerada una de las fábricas de hilaturas más importantes del país. El Centro de Arte lleva el nombre de quien fue su propietaria. En 1973 se cerró la fábrica por la crisis que sufrió la industria del textil y en 1988 el Ayuntamiento de L’Hospitalet compró todo el recinto para convertirlo en un gran centro cultural. Además de las diferentes salas de exposiciones temporales, entre ellas “El Observatorio”, también conviven la Biblioteca Central, el Centro de Estudios de L’Hospitalet, el espacio de creación TPK Art y pensamiento contemporáneo y la Fundación Arranz-Bravo.
De Montevideo a Barcelona. Recorrido de ida y vuelta
Juan de Andrés (Arévalo, Uruguay, 1941) se formó en los talleres del pintor Carlos Llano y del muralista Day Man Antúnez, miembros del Taller Torres-García de Montevideo. En 1964 ejerce la docencia como profesor de dibujo en un centro de enseñanza media. Asimismo, es un momento en el que se adentra en el terreno del muralismo a través del relieve, utilizando la cerámica y el hormigón. En 1977 se fue a vivir a España ya que en su país se sentía incómodo por la falta de libertad existente, siendo Zamora su primer destino. Al poco tiempo ya se instala en Barcelona, ciudad donde residirá hasta el 2011 cuando regresa a su país, aunque viaja a menudo a la capital catalana debido a las exposiciones que realiza, como por ejemplo, en la galería Dalmau, espacio donde suele mostrar sus trabajos habitualmente.
Durante sus primeros años en Barcelona compaginaba su labor creativa con la docencia en las escuelas Rosa Sensat y Eina, además de dirigir el Taller Municipal de Artes Plásticas de Sant Boi de Llobregat, localidad cercana a Barcelona, donde fundará el grupo de arte constructivo RASEN. En aquella época exponía en la galería Barcelona que dirigía Josep Niebla.
Aparte de la pintura, Juan de Andrés ha dedicado mucho tiempo al muralismo y la escultura. Hace dos años mostró un gran número de esculturas de formato vertical, la mayor parte realizadas en acero corten con una pátina de óxido, en la galería 6280 de Montevideo, de la que Arte por excelencias se hizo eco. La comisaria de la exposición, María Eugenia Méndez, señalaba que sus esculturas son “de una austeridad mayor a la simplicidad del color”, donde el espacio vacío es tan importante como el lleno, debido a la circunstancia de que en sus construcciones lo esencial es la dualidad, procurando que sus obras respiren y a la vez se dirijan al infinito.
Juan de Andrés, Límite abierto
Para el artista el concepto de pintura se basa en poner en escena la realidad a partir de una visión alejada de la figuración. La mayoría de elementos que surgen en cada una de sus pinturas, esculturas o murales, los podríamos relacionar con un determinado símbolo o forma que sirve para identificar un lugar en el espacio. En cada una de sus creaciones se puede observar que el silencio y la reflexión son los verdaderos protagonistas.
Todo ello se puede contemplar en la actual exposición Límite abierto, donde el público se adentrará en el universo singular de Juan de Andrés. La mayoría de las obras son del último decenio, aunque también se exhiben piezas de otras épocas. En total se muestran sesenta obras pertenecientes a la colección personal del artista y de colecciones privadas.
El comisario es el crítico, artista y poeta Juan Bufill, periodista de La Vanguardia, que ya en 2003 comentaba con motivo de una exposición celebrada en la galería Barcelona, que es en su pintura donde “su lenguaje plástico se singulariza en composiciones tridimensionales que juegan con los soportes, con varias piezas en una misma obra, con líneas dibujadas y líneas objetuales”.
En sus creaciones pictóricas suele emplear la madera, el lino, el acrílico, el lápiz, el collage y la técnica mixta. Todas las obras que se exhiben son composiciones planas, arquitectónicas y sobre todo tridimensionales, en forma de cajas o de ensamblajes. Se trata de piezas donde se advierte la perfección y la austeridad formal. Una vez las obras se disponen en las paredes de las salas, es cuando se puede observar nítidamente que se aproximan al terreno de la escultura, principalmente las que están colocadas a modo de libro o bien como una especie de contenedor abierto, esperando que un libro o cualquier otro elemento se inserte en su interior.
La circunstancia de adaptar diversos planos en una misma pieza origina un efecto tridimensional. Ahora bien, el hecho de que el volumen no sea extremadamente exagerado a nivel compositivo produce que los cuadrados y rectángulos ubicados de manera diferente, algunos de ellos sobrepuestos y con unas líneas verticales muy delgadas situadas en el centro o en los lados separando la composición, causan a su vez la idea de movimiento.
En cuanto al uso del color se basa en la presencia de tonalidades neutras, rojizas, ocres y amarronadas. Aunque en realidad en algunas de las obras el soporte está sin pintar. La presencia del espacio vacío emerge a partir de un ligero corte en algunos de los lados de la obra, bien porqué está situado en medio de la composición o si actúa de separador.
Según Juan de Andrés, “siempre la obra de un artista es el mejor retrato que puede haber de él”. Estoy de acuerdo con esta definición, ya que en cada una de sus creaciones se advierte la idea de silencio y reflexión. Por ello cuando las contemplamos notamos una cierta sensación de calma y placidez. Su discurso creativo es de un minimalismo constructivista absoluto.
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