La capital española es una de las principales a nivel mundial en materia de destinos turísticos. A menudo, y sobre todo cuando en primavera o verano, las calles son un concierto de acentos y tonos en busca de descubrir su cultura. Pero, más allá de los típicos Gran Vía, el Retiro, o sus museos, la verdadera cultura madrileña se instala en sus tradiciones, comidas, y fiestas populares.
Para quienes la visitan por estos días, tienen el privilegio de vivir el mes más especial para la urbe. El pasado 2 de mayo cuando se celebró el Día de la Comunidad de Madrid en conmemoración de la batalla popular contra las tropas francesas en 1808 y ahora, este 15 de mayo con el homenaje a San Isidro, patrón de la ciudad.
Sin ánimos de ahondar en su historia, se trataba de un labrador musulmán al que se le asocian 5 milagros, el más conocido de todos es el del pozo, que consistió en hacer subir el agua del pozo para lograr sacar al hijo de la virgen Almudena que se hallaba en el fondo. En buena medida, lo valioso de San Isidro fue su carácter sincrético y conciliatorio entre las religiones cristiana e islámica.
No en vano 900 años después, generaciones de madrileños lo evocan. Pero, si no eres nacido acá o estás de turismo, te contamos las tradiciones más emblemáticas de San Isidro, para que no te quedes en casa y vivas al máximo la cultura madrileña.
1. Beber agua milagrosa de la ermita
El milagro del pozo derivó en una superstición popular que le impregna una naturaleza curativa al agua del manantial de la ermita de San Isidro. Desde niños hasta abuelos van en busca del líquido en botellas y envases de dimensiones inimaginables cual poción mágica que erradica todos los males, de cuerpo y espíritu.
2. Vestirse de chulapas/os
La vestimenta de estas fiestas evoca la de los chulapos, pobladores del barrio de Malasaña, pues a finales del siglo XIX y principios del XX el vestuario entrañaba un significado local e incluso de ciertas posiciones sociales. Por esta época, las clases más castizas de Madrid intentaron marcar la diferencia con la élite social afrancesada. Bajo este espíritu nació el vestuario chulapo, una irreverencia y orgullo que caló hasta convertirse en la vestimenta ya no solo de Malasaña sino de Madrid.
Las chulapas llevan vestido de lunares o una blusa blanca ceñida en la cintura con mangas de farol y falda de lunares. No puede faltar el pañuelo sobre la cabeza anudado al cuello, mantón de Manila y dos claveles. En el caso de los hombres visten con pantalón oscuro, gorra, camisa blanca y un chaleco acompañado de un clavel.
Como todo traje tradicional, las chulapas no son un vestuario de uso diario. Sin embargo, en un intento por rescatar el atractivo joven por estas fiestas, han surgido emprendimientos locales de diseño personalizado de la prenda. A dos piezas, moderno, en variedad de colores y estampados la iniciativa pretende hacer de la chulapa la sevillana madrileña, vestida con orgullo y garbo tanto por señoras como señoritas.
3. Bailar chotis
Pero si hablamos de cosas de Madrid, que son muy poco de Madrid, pues entonces el chotis es justo el ejemplo más claro. Este baile es considerado tradición en San Isidro, cuyo origen etimológico proviene de Europa Central, incluso inicialmente se le conoció como polca alemana y cuyos pasos recuerdan a las danzas escocesas. De ahí que se le asocie más con Escocia y Alemania que con España.
El baile se sucede al ritmo de un tamboril, al que una pareja rodea y danza tomados de la mano dando vueltas sobre su propio eje.
4. Visitar La Pradera
El Parque de San Isidro, conocido popularmente como la Pradera de San Isidro, es la sede principal de las celebraciones. Puede que durante el año no sea de los más visitados, pero basta que llegue mayo para que se replete de puestos, casetas y barracas donde probar comida típica en picnic y disfrutar de atracciones, conciertos y espectáculos de todo tipo. Habitualmente tiene ecos en otras zonas de la ciudad y se extiende desde el jueves hasta el domingo.
5. Degustar rosquillas y entresijos
Las rosquillas es uno de los platos clásicos de la feria de San Isidro. Se trata de un dulce hecho a base de una masa redonda, saborizada con anís, frita en aceite de oliva y cubierta de azúcar glas. De la parte salada, los entresijos y gallinejas resultan degustación imprescindible. Aunque hoy se hacen con el intestino del cordero, originalmente eran de gallina. Esta carne se usa bien para elaborar frituras como bocadillos.
¿Te animas a vivir la experiencia?
Foto: Tomada de www.esmadrid.com