La obra San Francisco de Paula constituye la más reciente incorporación de una obra de Francisco de Zurbarán por parte de la pinacoteca madrileña. La pintura, perteneciente a la etapa final del artista pacense – fue firmada por el pintor en 1659 –, guarda una gran similitud con la obra del propio Zurbarán, San Francisco en oración, razón que ha llevado al museo a adquirir esta obra.
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De hecho, San Francisco de Paula comparte con la citada pintura medidas similares, están firmadas en el mismo año, y representan a sendos santos que comparten nombre y están descritos de cuerpo entero ante un paisaje luminoso y con una gama cromática parecida.
Como explica el museo, todo indica que fueron concebidos como pareja, o como parte de una serie más extensa, de manera que la posibilidad al alcance del museo de colgar juntas ambas obras redundará en un conocimiento más completo del significado artístico de ambas, pues son interdependientes.
La fecha en la que fue firmado por Zurbarán coincide con la última etapa de su carrera, en la que el pintor ya se encontraba instalado en Madrid, tras haber residido en Sevilla la mayor parte de su carrera. Durante esta época, Zurbarán transita hacia un estilo basado en una gama más amplia de colores y en una mayor suavidad de los contrastes luminosos, diferente al que practicó durante sus años en Sevilla. No obstante, conserva de sus años anteriores la prodigiosa capacidad descriptiva, y la habilidad para crear una imagen de gran eficacia afectiva y devocional.