Casi imposible resulta hablar de Constantino Constante Ribalaigua Vert sin mencionar a Hemingway, al daiquirí y al Floridita. Y eso muy bien lo percibió el periodista, escritor y documentalista español Ramón Vilaró, cuando decidió llevar esa casi leyenda al mundo audiovisual, en su premiado documental Constante y el Floridita de Hemingway.
El documental recrea el legado de Constante (nacido en Lloret de Mar, Girona, España) que emigró a Cuba en busca de fortuna a principios del siglo XX. En Cuba triunfó como coctelero y propietario del célebre bar restaurante Floridita, lugar preferido del escritor Ernest Hemingway para quien Constante elaboró el famoso daiquirí "Papa Doble". También recuerda a Miguel Boadas, nacido en La Habana de padres lloretenses, que se instaló en Barcelona y fundó la famosa coctelería que continúa llevando su nombre.
Respalda el audiovisual la legitimidad de las fuentes usadas por Vilaró, ya por la documentación registrada en los archivos de Lloret de Mar y de la Sociedad Catalana en Cuba, de la cual Constante siempre fue uno de sus directivos; así como por los testimonios de los principales protagonistas: el afamado actor Jorge Perugorría, el escultor José Villa Soberón, autor de la estatua de Hemingway sentado a la barra del Floridita; y José Rafa Malém, presidente de la Asociación de Cantineros de Cuba, entre otras célebres personalidades.
Como primicia en Cuba, el documental fue presentado por su director en la Embajada de España en La Habana, el pasado 21 de octubre, evento en el cual expresó que “implicó un largo trabajo de casi dos años, con escasos medios (…) pero se logró gracias al ingenio del director de fotografía Andros Barroso”.
Ramón Vilaró, desde 1968, ha trabajado en varios prestigiosos medios de diferentes países; para él “el ron, el tabaco y la música son tres pilares de Cuba”. Siempre es complicado contar una historia, pero más aún contarla para ser creída, comentó Ramón, parafraseando a Gabriel García Márquez.
Perugorría prefirió el escenario de la Marina Hemingway, dado que, a su decir, recuerda momentos de un acercamiento mayor del escritor a Cuba, durante los primeros años de la Revolución. Explica el actor que Hemingway conoció lugares apartados de la geografía cubana, y que ese “personaje icónico de la literatura” ha dejado una impronta en la Isla. “Uno se imagina esos grandes personajes de Hollywood y Hemingway metido en eso (…) Se inspiró en sus relaciones con los pescadores cubanos para su obra El viejo y el mar, y como anécdota comentó que Hemingway se llevaba el daiquirí en el termo en camino a su casa.
Orlando Blanco, cantinero y director del Floridita, enfatizó en la presencia permanente de Hemingway en la llamada Cuna del Daiquirí, cóctel que el Premio Nobel difundiera por el mundo mediante sus elogiosas citas en muchos de sus libros; atribuye justo a “Constante y su legado” el que Hemingway se quedara como asiduo al bar. Constante creó los cocteles Daiquirí frapeado en batidora, Papa Hemingway, Presidente, Pepín Rivera y Chaparra.
Hoy, evocando el indisoluble dueto Constante-Hemingway, el Floridita, elegido como uno de los 50 mejores bares del continente según el ranking 50 Best, está celebrando su 205 Aniversario; y el daiquirí, incluido en la lista de los cinco cocteles más famosos del planeta, cumple sus 100 cien años.
Enhorabuena la iniciativa del realizador Ramon Vilaró, al dejar plasmada esta historia en su excelente documental Constante y el Floridita de Hemingway.
En portada: Ramón Vilaró evoca a Hemingway y Constante en la barra del Floridita.