Juan de Andrés. Del espíritu y la forma

“Lo que es creado por el espíritu es más vivo que la materia”

Charles Baudelaire

 

“Forma y  color no se fusionan, hay simultaneidad”

Georges Braque

En la Galería 6280 de Montevideo se está celebrando la exposición Del espíritu y la forma del artista Juan de Andrés (Arévalo, Uruguay, 1941), donde se puede contemplar el trabajo de sus tres últimos años, que ha coincidido con una de las etapas más temibles que ha vivido el mundo, como es la pandemia del covid 19, cuyo punto más álgido se produjo cuando estaba celebrando  una exposición en la Sala Dalmau de Barcelona, en 2020 y que al poco tiempo de inaugurarse se aplazó. De hecho, se trata de la segunda vez que muestra su obra en la Galería 6280, ya que la anterior fue en 2015.

Juan de Andrés se trasladó a España en 1977, residiendo en primer lugar en Zamora, hasta que en 1980 se instaló en Barcelona donde estará tres décadas trabajando como docente y exponiendo. En 1983 dirigió un taller de pintura en Sant Boi de Llobregat, localidad cercana a Barcelona, y con los alumnos fundó el grupo de arte constructivista Rasen, cuyos integrantes actualmente son unos destacados artistas. En Uruguay también ejerció como profesor de dibujo, además de impulsar talleres para docentes, logrando nuevas formas de comprender el arte en la escuela. Desde 2011 reside en Montevideo, aunque viaja regularmente a Barcelona, ya que suele exponer en la Sala Dalmau.

Conocí la obra de Juan de Andrés con motivo de una exposición en la desaparecida galería Barcelona en el 2000. Desde entonces he seguido con atención y admiración su trabajo en las diferentes muestras que ha protagonizado en Catalunya, principalmente.  Su primera exposición fue en 1961 en el Museo de Bellas Artes Agustín Araujo de Treinta y Tres (Uruguay).

Aunque la actual muestra está dedicada principalmente a la pintura, también trabaja el muralismo y la escultura. La mayor parte de los murales se encuentran en su país, en cambio en el ámbito escultórico sus obras monumentales se hallan en espacios públicos y privados españoles. De todos modos, su última escultura de acero corte de tres metros de altura, se instaló en un espacio público de Montevideo.

Juan de Andrés está considerado uno de los más destacados artistas de su país. Ha seguido la estela del denominado Taller Torres-García de Montevideo, una de las escuelas que más han influido dentro del constructivismo dejando huella en generaciones posteriores. Precisamente Joaquín Torres-García residió en Barcelona durante 30 años, ciudad donde recibió la influencia del modernismo -incluso llegó a colaborar con el arquitecto Antoni Gaudi en las vidrieras del templo de la Sagrada Familia de Barcelona y la catedral de Palma de Mallorca- y del novecentismo, realizando diversos murales del Palau de la Generalitat de Catalunya, sede actual del gobierno autonómico.

El constructivismo es una tendencia artística, que apareció a principios del siglo pasado  que relaciona la noción espacio-tiempo en una misma obra, logrando crear la idea de movimiento. Sus inicios se cernían en el aspecto social para posteriormente dirigirse hacia la abstracción geométrica.

Respecto Del espíritu y la forma se centra en el periodo 2020-2022. La comisaria es la directora de la Fundación José Gurvich de Montevideo, María Eugenia Méndez que ha distribuido la exposición en cuatro apartados: escultura, pintura, collage y dibujo.

Las esculturas son de acero corten, menos una que es de acero inoxidable, todas ellas tienen una pátina de óxido y son de formato vertical. Según la comisaria son de “una austeridad mayor en la simplicidad del color”. Para él, el espacio vacío es tan importante como el lleno, ya que en sus construcciones el protagonismo se halla en crear esta dualidad, logrando que cada pieza respire y no dé sensación de pesadez, más bien al contrario, lo que sumado a la verticalidad de su propuesta plástica, hace que su obra se dirija al infinito, a lo desconocido.

Respecto a la pintura utiliza la madera, el lino, el acrílico, el lápiz, la técnica mixta y el collage. Se trata de composiciones planas, arquitectónicas y tridimensionales, en forma de cajas, de ensamblajes… Todas ellas de una exquisita austeridad y perfección. De hecho, una vez dispuestas las obras en las paredes de la galería, se aproximan a la escultura debido a que están dispuestas en forma de libro, o incluso cómo si se tratara de un contenedor abierto, esperando que algún objeto penetre en su interior. Para María Eugenia Méndez, sus relieves en madera, o sea las pinturas, “los planos se simplifican en tensión con los huecos, las distintas texturas y formas menores, todas con una restricción de colores-en su mayoría terrosos-”.

En el apartado de los dibujos, realizados en técnica mixta sobre papel, aparecen gofrados y relieves, “con líneas sutiles a lápiz y con huecos que se conjugan con planos de color y sombras generadas sobre el papel”. En estas obras se aprecia perfectamente la sencillez de su propuesta creativa, ya que solamente sobresalen los gofrados, como si se tratara de un grabado, y los relieves que tanto caracterizan su trabajo.

Finalmente, en sus collages incluye la fotografía lo que permite que aparezcan imágenes imposibles, en las que Juan de Andrés aborda “lo cotidiano con su cámara, y también de partes de piezas anteriores, en un reinventar y recrear”, que le sirven para lograr nuevas formas de expresarse.

En conjunto la obra de Juan de Andrés nos transmite la idea de silencio, calma y reflexión, lo que refleja perfectamente su forma de construir su discurso creativo. Un discurso que se centra en el minimalismo constructivista, tal como se puede observar en cada una de sus obras, todas ellas inmersas de un geometrismo muy acentuado.

La circunstancia de fusionar diferentes planos en una misma obra produce la sensación de tridimensionalidad. El hecho de que el volumen no sea exacerbado provoca que los cuadrados y rectángulos colocados de manera diferente, algunos de ellos superpuestos y con unas delgadas líneas verticales dispuestas en el centro o en los lados que dividen la composición, originen la idea de movimiento. Respecto al color, siguen siendo las tonalidades neutras, terrosas, ocres y rojizas, las principales protagonistas.