Variadas son las propuestas que trae el programa de la 30ª. Feria Internacional del Libro de La Habana. Muchas de ellas involucran a obras y escritores mexicanos en tanto es este país el Invitado de Honor en la presente edición del evento.
Encontramos a Fernando Viveros en la residencia del Embajador del país azteca en Cuba, a sólo unas horas de presentar su novela Resistiremos. Afable, accedió a conversar en exclusiva con Arte por Excelencias acerca de su peculiar propuesta que encontró en la Casa Benito Juárez y en compañía de Arturo Arango la acogida del público lector.
Fernando, sabemos que velas por la salud mental de muchas de las personas de este mundo y que te preocupa la intromisión de la informática y la vigilancia en el ser humano. Cuéntanos de qué va tu obra.
La novela que he traído se titula Resistiremos. Es una reacción literaria a la pérdida de libertad originada por la hipervigilancia y el control digital. Esto va aparejado con lo que vivimos cotidianamente que es la aceleración digital y que provoca de una manera paralela el aceleramiento de la ansiedad, de la depresión, de la desconfianza, del narcisismo, del hiperindividualismo. Trato de demostrar que estamos ante la posibilidad y ante la disyuntiva de o someternos ante esta amenaza de pérdida de libertad inconsciente o tomar conciencia y resistir, por eso se llama Resistiremos.
Ya me has dicho el porqué Resistiremos, pero, ¿a qué tenemos que resistir?
Tenemos que resistir a la amenaza hipermoderna que son el uso y el abuso que se puede dar ante las nuevas tecnologías. Es decir, que cuando uno está presente en el manejo de las redes sociales y el internet y disminuye la libertad con la misma información que nosotros manejamos, eso ocasiona que vivamos en una especie de ansiedad, de vértigo y que nos distraiga de lo que realmente es importante para la vida: ese disfrute de los sentidos, de la belleza compartida, de la naturalidad, de la empatía, de la solidaridad…
Me has hablado de algo que realmente nos debe ocupar y preocupar porque está por encima de nuestras posibilidades reales de huir de esa tecnología, ¿qué recomiendas en tu obra y por qué en lugar de ser un libro de consulta lo has convertido en una novela?
Básicamente lo hice novela porque está demostrado históricamente que la forma del relato es la manera más dúctil de comunicación entre las personas masivamente. Además, es una forma de tener esa posibilidad de penetración y comunicación más directa que si fuera un libro de ensayo o un ensayo académico. Creo que hay que resistir precisamente a la posibilidad de perder la conciencia donde estamos, a la posibilidad de tomar la decisión de insertarnos o no insertarnos tecnología en nuestros cuerpos, debajo de la piel. Es la posibilidad de tener la libertad de entrar y salir de las nuevas tecnologías en el momento que nosotros lo queramos, por nosotros y por las nuevas generaciones que vienen.
Vienes de una urbe - Ciudad de México-, que es cibercontrolada desde hace ya algunos años. ¿Cómo te sientes y qué puedes recomendar para que una persona pueda estar abstraída a esta vigilancia constante?
Primero te quiero decir que la inmersión de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana, en la vida actual es irreversible: tenemos que convivir y cohabitar con las nuevas tecnologías en el mundo contemporáneo, esa es la primera premisa.
La segunda premisa es que faltan las disposiciones éticas, una normatividad ética que mueva las conciencias de la posibilidad de convivir con las nuevas tecnologías. Hay unas tremendas lagunas de ley y tremendas posibilidades de espacios donde se pueden manejar los diferentes intereses de estos tres grandes territorios que yo hablo en la novela.
Yo anticipo que se va a modificar el Estado Nación por el Estado Cobertura: ya no va a haber Estado Nación como los conocemos ahora delimitados territorialmente, sino que va a haber Estados Cobertura como el Estado Google, en donde se van a tratar de asimilar patrones culturales, van a tener que asimilar situaciones de predicciones de conductas a través de estos territorios.
¿Y existe en tu novela algún apartado de esos que llamamos de “contar secretos” acerca de cómo uno se puede proteger de esa ciberseguridad o al menos intentarlo?
Las novelas no son para dar recetas ni mucho menos; es simplemente la exposición de la situación para que el lector forme su propio criterio. Yo lo que trato de hacer como escritor de esta novela es entablar esa conversación entre el lector y el autor para contar el libro de la vida mutuamente y podamos nosotros conversar sobre las posibilidades que existen entre vivir sin reflexionar sobre estos temas y vivir conversándolos para poder empatizarlos y poder vislumbrar y pensar juntos un futuro mejor, un futuro posible y reducir esa falta de apetito de futuro que nos está dejando los abusos del uso de las tecnologías.
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