Imposible no detenerse ante quienes, desde su fundación, han escogido a ARCOMadrid como vitrina para mostrar buen arte. Es el caso de la Galería Helga de Alvear que no podía faltar en el espacio 40 (+1) Aniversario. Y para la ocasión ha invitado a la artista alemana Karin Sander. Sobre lo que presentan, explica en exclusiva para Arte por Excelencias, Paula García Robleño.
¿Cuéntanos de la relación de la Galería Helga de Alvear con ARCO y qué esperan de esta cita de 2022?
Esta galería es una de las primeras, de las fundadoras de ARCO. Desde los inicios, con Juana Mordó que fue quien la inició por aquel entonces en el año 1964, y desde esa época estamos asistiendo.
Y en cuanto a esta ocasión, es una propuesta especial por el 40 aniversario en la que los comisarios han invitado a un número de galerías fundadoras con algún artista representante. Han convidado a Karin Sander que estuvo en la galería en 2016 presentando precisamente esta obra que se llama Kitchen Pieces.
Sanders es una artista alemana y su propuesta está siendo bastante comentada. Es una obra que tiene mucho trasfondo, que mira a la historia del arte, repasa desde todos los frisos, vegetales y las cenefas hasta las vanitas, los bodegones, las naturalezas muertas…También una crítica al mercado del arte y el arte como mercancía.
Sí, coméntanos un poco, porque recordamos esa obra del plátano pegado a la pared, que fue tan controvertida. ¿Qué quiere expresar la artista porque, por ejemplo, aquí vemos una acelga, una fresa y una berenjena pegadas a la pared? ¿Qué es lo que quiere mostrar específicamente?
Lo que plantea en realidad son preguntas. Porque cuando te enfrentas a esto, sobre todo los primeros días, piensas primero si es una pieza de verdad o si es de plástico; también a qué remite esto. Y es como te decía, mira a la historia del arte, al ready-made de Duchamp, el coger algo cotidiano y presentarlo, elevándolo a la categoría de arte.
Luego también la naturaleza como artista, porque esto se deja así y se va a ir pudriendo a lo largo de la feria, y se va a ir viendo en la pared cómo se van derritiendo todos los jugos de las frutas y las verduras, porque son de verdad, son naturales.
Y quizás lo que quiera es expresar un mensaje un poco naturalista o de medio ambiente…
No, no va por ahí. Es mucho más historicista, más remitiendo a lo que te comentaba, a la propia historia del arte, al paso del tiempo desde la representación de los bodegones y la presentación de la obra y de la propia naturaleza como arte.
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