Día Mundial de la Fotografía: un poco de historia
Con la presentación el 19 de agosto de 1839 ante la Academia de Ciencias de Francia del daguerrotipo, Luis Daguerre dotó a la humanidad de un nuevo invento que permitía capturar una imagen a través de un proceso químico y, por ende, el ulterior desarrollo de la fotografía.
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La fecha aunque recordada hasta nuestros días, no alcanzó categoría de celebración internacional hasta que en 2010, el proyecto World Photo Day con su fundador y director Korske Ara propusieran un concurso en el que cualquiera podía participar y cuyo premio se dirigía a la atención médica infantil. Dicho certamen alcanzó su máxima difusión en 2017 año en el cual se sumaron a él más de 500 millones de concursantes.
La Fotografía: ¿Arte o Hobby?
Desde principios del siglo pasado pioneros de la fotografía entendieron las posibilidades artísticas del nuevo medio. Otros creadores avizoraron su valor como medio documental. Lo cierto es que desde el inicio despertó el interés de las clases populares y su uso se democratizó cada vez más con el avance de la tecnología.
Con el surgimiento de las cámaras digitales y la popularización de la fotografía a través de los teléfonos móviles, cualquier persona puede ser testigo de un instante, captarlo y trasladarlo a los demás a través de una foto.
No obstante, una fotografía artística debe cumplir al menos dos requisitos: su adecuada realización y el concepto que quiere transmitirnos.
Urgando en los archivos de Arte por Excelencias
Sin intenciones de teorizar sobre el tema, pero tampoco de pasar por alto la fecha, invitamos a nuestros lectores a revisitar la entrevista que Arte por Excelencias tuvo el lujo de hacer a César Lucas. El importante fotógrafo español, además de contarnos acerca de su labor y de aquella foto que le tomó al Che en España, nos dejó sus consideraciones de una manera llana y muy precisa: el fotógrafo, el ser humano es quien hace la diferencia:
César, ¿qué es para ti un fotógrafo, un fotorreportero, un reportero?, ¿qué los diferencia?
«Te voy a decir una cosa respecto a la valoración en general de la fotografía de la que hablábamos. No he conocido a ningún escritor, novelista, periodista o poeta al que alguien que lee sus libros le diga: “Me ha gustado mucho tu libro, por cierto, ¿tú cómo lo escribes, con máquina de escribir, con el ordenador o a lápiz?”. No he conocido a ningún pintor que haya contado algún día que cuando hace sus cuadros alguien le diga “Ay, me ha encantado ese bodegón que has hecho, ¿tú qué pintura utilizas o qué pincel?”. Porque se entiende que eso no es cuestión del pincel, es cuestión de la creación, de la cabeza del pintor, de su habilidad, de su experiencia.
Pero a un fotógrafo se le atribuye una parte a él y otra parte a la cámara. Cuando alguien ve una foto, que gusta: “Ay, he visto tu foto que me ha encantado, qué fotaza, ¿con qué cámara la has hecho?” Y le respondes “Con tal cámara” Entonces te dicen “Claro, yo tengo una pero no es tan buena como esa” Yo no le pregunto a Paco de Lucía, que en paz descanse, con qué guitarra toca, porque hay que ver cómo suena su guitarra. Pero en la fotografía se atribuye la foto buena a que está hecha con una cámara buena, pues mira, yo la hago con mi ojo.
Ahora pongo el ejemplo de si alguien distingue una foto que está hecha con un teléfono a una que está hecha con una cámara: no la distingues. Si vas a hacer una foto de gran tamaño, la del teléfono no da para eso, pero te da para mirar y para captar algo que tú tienes delante, que existe y que existe para todo el mundo, pero no todo el mundo lo ve. Si yo le digo a 4 fotógrafos de ir a la Puerta de Alcalá, no tendrás nunca 4 fotos iguales, porque el objeto está ahí pero cada uno lo ve de una manera, y ve cosas que otros no ven. Es el ojo, el ojo, el ojo…»
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