Leonardo Finotti a través de la exposición Brutiful, se sumerge en el mundo de la arquitectura moderna.
“Una persona que no sabe arquitectura no es capaz de hacer una buena foto”
Marcel Gautherot. Fotógrafo brasileño
La galería Zielinsky de Barcelona ha exhibido recientemente el trabajo del fotógrafo brasileño Leonardo Finotti a través de la exposición Brutiful, neologismo de “brutalismo” i ”beautiful”, donde se mostraron una serie de fotografías de gran tamaño, en las que el artista se sumerge en el mundo de la arquitectura moderna a través de investigarla de manera muy rigurosa, así como examinando con absoluta precisión los distintos “espacios urbanos informales” que ofrecen cada uno de los proyectos estudiados.
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Leonardo Finotti (Uberlandia. Minais Gerais, Brasil. 1977) reside actualmente en Sao Paulo. Su formación como arquitecto le ha servido para adentrarse en el terreno arquitectónico desde la fotografía, principalmente después de realizar un posgrado en la Bahaus Foundation de la ciudad alemana de Dassau, que le llevará a ejercer como fotógrafo en Portugal donde colaborará con diferentes arquitectos del país.
En el año 2002 fue seleccionado en el XIX programa de aprendizaje en periodismo de Sao Paulo. Más adelante participará en la Bienal de Arquitectura de Venecia representando a su país, así como en la Bienal del Mercosur. En la XV Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires obtuvo un premio. En 2008 formó parte de la exposición Latin America in Construction: Architecture 1955-1980 que se llevó a cabo en el MOMA, invitado por el comisario jefe del propio museo, Barry Bergdoll. Este proyecto tuvo una duración de siete años, donde “reinterpretaba visualmente el legado de la arquitectura moderna de América Latina”. Además, el museo adquirió 15 obras que ya forman parte de su colección permanente.
Finotti ha fotografiado alguno de los espacios urbanos más representativos de ciudades como Sao Paulo, Caracas, Valparaíso, Salvador de Bahía, Chandigarh y Milán, de los cuales se exhiben varios de en la exposición. Entre los arquitectos a los que ha prestado más atención surgen los nombres de Le Courbusier, Oscar Niemeyer, Lina Bo Bardi, Roberto Burle Marx, Aurelio Galfetti y Paulo Mendes da Rocha, entre otros.
No es la primera vez que el artista brasileño expone sus trabajos en Catalunya, ya que el año pasado lo hizo en las ciudades de Olot, Figueres y Girona, que formaban parte del ciclo El álbum del arquitecto, en la que el público se acercaba a la visión que el fotógrafo tiene de la arquitectura, la ciudad y el paisaje de Rio de Janeiro, que fue seleccionada como ciudad de la arquitectura por la UNESCO. En dicha exposición, cada una de las fotografías tenían “un valor por sí mismas, pero, a la vez, la relación entre todas ellas propone al visitante diferentes tipos de asociaciones, contrastes, afinidades, comparaciones por tema, por escala, por composición, etc.”
Respecto a la muestra Brutiful, se compone solamente de diez obras, pero que son lo suficientemente representativas para comprender la aportación de Finotti a la fotografía arquitectónica, tal como podemos comprobar en cada una de las imágenes que se exhiben, en las que destaca el paisaje urbano a través de la obra de Burle Marx, concretamente la terraza del Banco Safra (2011), a vista de pájaro, en la que se observa nítidamente como se puede circular por él, y que parece más bien la figura de un cuerpo humano acogiendo en su seno a los transeúntes.
De Bo Bardi hay tres fotografías, dos de ellas del edificio SESC Pompeia y la otra de MAM Bahia. Finotti muestra como la arquitecta italobrasileña soluciona el tema de la comunicación mediante una pasarela en forma de zigzag que une dos edificios, tal como observamos en Pompeia, o bien las escaleras interiores del MAM, que parecen el propio esqueleto del edificio que las alberga.
Tower of shadow, o sea el edificio de las sombras, se encuentra en la ciudad india de Chandigarh, creado por Le Courbusier en 1950, en la que arquitecto francés proyecta un vestíbulo alto y abierto mostrando una gran sombra, lo que permite que se pueda meditar tranquilamente. Desde esta plaza sale una rampa que conduce a un parque. Finotti sabe transmitir mediante su cámara como un espacio abierto y diáfano puede ser un reducto de calma y paz que, de hecho, es la idea original de su creador.
Respecto a Oscar Niemeyer, hay una fotografía del edificio Mondadori, donde se observan una serie de arcos alargados que parecen dobles, ya que la instantánea está tomada al otro lado de un pequeño lago artificial que se encuentra delante del edificio, lo que provoca que los arcos se reflejen en el agua. Además los arcos permiten la visibilidad del edificio que se halla detrás, como si fueran esculturas en las que el vacío es tan importante como el propio volumen.
Finotti siempre ha mostrado un gran interés por el trabajo de Niemeyer, ya que con motivo del centenario de su nacimiento realizó un proyecto muy atrevido: efectuar 100 fotos de cada una de sus obras –las más representativas-, para celebrar el centenario. Pero el proyecto acabó con más de 200 edificios fotografiados, lo que sirvió para formar el archivo más importante sobre la obra del arquitecto brasileño.
Tal y como señala el arquitecto uruguayo Jorge Gambini, el trabajo fotográfico de Leonardo Finotti está dentro de “una tradición fotográfica en la que la imagen trasciende su valor testimonial, vinculando el registro documental con una conceptualidad constructiva en la que el objeto participa como substrato material de la imagen”.
En portada: Bo Bardi
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