Nueva Semana de Cine de Venezuela en La Habana

Anoche quedó inaugurada una nueva Semana de Cine de Venezuela y se extenderá hasta el 27 de octubre con funciones en la sala 1 del Multicine Infanta de La Habana.

El programa comprende nueve filmes, ocho dramas y una comedia, muchos de los cuales son conocidos por el público cubano, como es el caso de los cinco dirigidos por el exitoso realizador Luis Alberto Lamata: Bolívar, el hombre de las dificultades (2013), que abre el ciclo; Jericó, (1990), premiado en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano; Desnudo con naranjas (1995); Azú, alma de princesa (2013), y Taita Boves (2010).

A propósito, Pedro Calzadilla, Consejero de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba y el propio Luis Alberto Lamata, encabezaron una conferencia de prensa, celebrada en el Centro de Promoción Cinematográfico Fresa y Chocolate de esta capital.

En esta ocasión Calzadilla, ex ministro de Cultura de esa nación suramericana­, comentó que luego de varias muestras fílmicas en Cuba, esta en especial se retoma con mucha fuerza  jerarquizando el cine histórico del cual Lamata es un baluarte; añadió que su película que abre la muestra Bolívar, el hombre de las dificultades, tiene especial importancia por la significación de la figura  del Libertador para los venezolanos y para los pobladores de todo el continente, y además porque fue rodada en varias locaciones cubanas.

Integran además esta Semana de Cine de Venezuela en Cuba Maisanta. Nace la leyenda (2016), de Miguel Delgado; La planta insolente (2015), de Román Chalbaud; Azul y no tan rosa (2012), del realizador Miguel Ferrari, y la comedia El DiCaprio de Corozopando (2017), de Luis Octavian Rahamut.

Lamata por su parte confesó: «Estoy muy contento de estar en Cuba, de que presentemos una vez más aquí el cine venezolano, cine que es muy diverso, y en esta muestra se ha hecho énfasis en el cine histórico que a mí me importa tanto, (…) sobre todo porque siempre he sentido que si nosotros no nos contamos, ¿quién nos cuenta? es un deber que tenemos con nosotros mismos».

Más adelante invitó a los espectadores cubanos a «acercarse a esa mirada que tenemos sobre nuestro pasado que en definitiva es un pasado común, un pasado latinoamericano que se parece mucho; un pasado de pelea, de combate, de ganas de mejorar la vida por la vía que sea posible, de seres humanos tratando de vivir mejor».