Las esencias de una identidad que nos distingue

La reciente presencia en nuestro país de sus Altezas Reales el Príncipe Carlos de Gales y Camila Parker, Duquesa de Cornualles, puso de manifiesto a tan distinguidos huéspedes, aquellas esencias de nuestra identidad que nos otorgan un hálito de fascinación para quienes nos visitan. De entre las diversas y múltiples actividades de la pareja real en Cuba, quizás la que tuvo lugar frente al parque capitalino de 17 y 6, en El Vedado, es la que mejor pudiera ejemplificar nuestros argumentos.

Los miembros de la realeza británica pudieron ser testigos directos de la sincera admiración hacia sus personas por parte del público allí congregado espontáneamente, como natural fue la reunión de los dueños de los diversos modelos de automóviles y motos de origen británico que ruedan por nuestras calles y avenidas desde hace décadas. Nada de esto formó parte de un falso espectáculo para halagar a los honrosos visitantes. Los propietarios de cada auto y cada moto allí exhibida, estaban profundamente orgullosos de poder mostrarles a tales representantes de la cultura británica, el amor y el cuidado con que preservan dichos vehículos.

Como tampoco pudo ser inventada para la ocasión, la existencia del Centro Cultural Submarino Amarillo, relevante punto de reunión para quienes en cada una de nuestras noches gustan disfrutar de clásicos del rock anglosajón con versiones a cargo de músicos cubanos desde hace ocho años. Y mucho menos se pudiera considerar un fingimiento la estatua de John Lennon, obra del artista Villa Soberón que da nombre al mencionado parque en que está ubicada.

Develada el 8 de diciembre del 2000 por el Comandante en Jefe Fidel Castro junto al trovador Silvio Rodríguez, constituye uno de los monumentos más visitados de nuestro país no solo por los turistas sino también por nuestros propios conciudadanos para honrar la memoria del fundador de Los Beatles, del autor de Imagine, composición en la que deja como legado la necesidad de ser soñadores por un mundo mejor, con la certeza de que no seremos los únicos. Precisamente, la decisión de la pareja real de sentarse en el banco junto al inolvidable músico, representó no solo el gesto que dio por concluidas sus actividades en esta zona de la capital, sino que al mismo tiempo avala la carga de autenticidad de los sentimientos humanos de los que somos portadores los cubanos.

Si es cierto que fuimos testigos de excepción de una tradición de siglos que honra a los británicos en las personas del Príncipe Carlos y de la Duquesa Camila, ellos a su vez comprobaron nuestro acercamiento franco y directo a la cultura de su país desde los ángulos más diversos, acciones que en esta ocasión estuvieron coherentemente enmarcadas con el Reino Unido, pero que también podemos hallar entre el seno de nuestro pueblo en relación con diferentes culturas del mundo.

En portada: Príncipe Carlos y su esposa Camila junto al Guille Vilar y Carlos Alfonso en el Parque Lennon/ Foto: Excelencias del Motor

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