Cuando Ana Rabasa pensó en crear un Festival como Cuerda Viva, sabía que a la escena musical le faltaba un espacio como este.
«Fue un proyecto que nos llegó, no precisamente así. Era un programa de competencia», rememora la directora general de Cuerda Viva. El 6 de abril de 2002 se promovía, por primera vez y de manera sistemática en la programación televisiva la cartelera de conciertos y presentaciones, giras o actuaciones de los músicos cubanos y en especial los jóvenes.
«Durante el año presentamos varios proyectos de distintos géneros musicales y casi al final se va conformando lo que va a ser el Festival. Cary Rojas, guionista del espacio, se nutre de todas nuestras sugerencias para llevar a la pantalla ese producto que el televidente disfruta después y al jurado se le da a conocer todas las agrupaciones que se presentan en el programa y eso es lo que da paso al evento.
«Desde sus inicios Cuerda Viva ha dado promoción a través de la televisión a esas bandas desconocidas por el público. En 17 años han surgido otras categorías y esto responde a que la música avanza y los tiempos cambian, pero sin perder la esencia de Cuerda Viva: esa música alternativa que nos distingue del resto de los programas de la televisión.
«A nosotros nos llegan varios proyectos de casi todo el país y eso nos obliga a escuchar toda la música, alguna mejor que otra. Este año, por ejemplo, me atrevería a decir que todas las bandas son ganadoras, hay muy buena calidad y eso en gran medida nos enorgullece.
«Muchas bandas que hoy son conocidas a nivel internacional salieron de Cuerda Viva. El caso más reciente es Cimafunk. Ese tema tan pegajoso como Me voy estaba en Cuerda Viva desde 2017 y ahora es que las personas comenzaron a conocerlo más. De Cuerda Viva salieron otros músicos importantes como Daymée Arocena, Yussa, Interactivo, de algún modo Descemer Bueno, Tesis de Menta… Te das cuenta entonces que se ha trabajado con el propósito de colocar esa música en todos los medios.
Para poder llevar adelante un proyecto como este, ¿qué música escuchas?
(Se Ríe). Eso es un misterio. Escucho de todo, lo malo y lo bueno. De hecho, me gusta más lo malo, porque se aprende e incluso desarrollas la habilidad de poder guiar a otros músicos.
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