La 14ª edición de la feria de arte contemporáneo Art Madrid ha tenido a Rubén Martín de Lucas como Artista Invitado. En la entrada de la Galería de Cristal una nueva entrega de sus “Repúblicas mínimas” daba la bienvenida a los visitantes y en varios espacios del evento se podían comprar sus obras, especialmente un libro de edición limitada (150 ejemplares numerados y firmados).
Arte por Excelencias, media partner de Art Madrid 2019, ha aprovechado esta ocasión para hablar con el artista madrileño, ingeniero de profesión y cofundador de Boa Mistura, un colectivo que destacó por sus intervenciones de arte urbano en países como Brasil, Sudáfrica, Alemania, México o Noruega.
Rubén, cuál ha sido la acogida que ha tenido un artista como tú…
Muy buena. La verdad es que estoy muy contento con la receptividad de la gente. Tanto a las fotografías como a la instalación de vídeo de la entrada (formada por 12 pantallas y realizada con la colaboración de Sono, marca líder en tecnología audiovisual). Y, además, me parece que también ha tenido una parte didáctica, de acercar a la gente al vídeo. Mucha gente se interesa y empieza a preguntar sobre cómo se colecciona el vídeo, cómo puede acercarse a ese medio, adquirirlo; es algo que el púbico general no conoce.
A nivel de feria también ha sido muy positivo, para dar visibilidad. Tener una pieza de vídeo tan grande le viene muy bien a la feria.
Hace poco, afirmabas: “Repúblicas mínimas es un gesto sencillo, un país que dura un día, habitado por una persona. Una frontera ridícula y efímera que habla de la incapacidad del hombre para vivir sin fronteras, sin muros”. ¿Seguirás haciendo Repúblicas mínimas mientras haya fronteras?
Repúblicas mínimas es un proyecto que comenzó con solo tres acciones, pero vi que tenía un potencial a nivel didáctico y de reflexión muy grande. Y por eso tomé la decisión de seguir haciendo Repúblicas hasta que las fronteras o yo dejemos de existir.
Para esta feria he realizados las tres últimas, la 12, 13 y 14. Son ese círculo de piedras en una playa que la marea barre y acaba llevándose, un triángulo hecho de hojas secas y el cuadrado de moqueta rosa en un prado verde.
Para crear estas Repúblicas te apropias de 100m2, dibujas una frontera y la habitas durante un día… ¿Cómo escoges los paisajes en los que intervienes?
Suelo escoger lugares absurdos donde nadie montaría una República. A veces están en medio de un parking o de una tierra en barbecho. Y luego tiene un componente visual, plástico, para que esa pieza tenga una belleza per se.
Busco que las piezas tengan una autonomía, que quien no sabe el concepto que hay detrás sienta esa potencia y esa llamada. Y una vez rasque e investigue en las reflexiones que propone la pieza, se encuentre que hay un cuestionamiento de las fronteras, del concepto de propiedad de la tierra, algo que el hombre tiene muy asumido. Creemos que la tierra es nuestra cuando es más bien al revés. La tierra nos trasciende en edad y quizás somos nosotros los que pertenecemos a la tierra.
Siempre hay un trasfondo filosófico, unas inquietudes que son las que yo luego busco traducir a través de cualquier medio. Utilizo la pintura, la fotografía, acciones en el paisaje o vídeo para traducirlo en una obra y poder llegar a los espectadores.
¿Detrás de estos trabajos hay alguna galería apoyándote?
En este caso ha estado Art Madrid. Y luego hay galerías con las que trabajo, como BAT Alberto Cornejo (Madrid), AP Gallery (Segovia), Bea Villamarín (Asturias)… hay cinco o seis galerías con las que trabajo actualmente, y la verdad es que para un artista es fundamental que le defiendan su trabajo, y que ellos se dediquen a esa parte de vender, que nosotros necesitamos, porque por desgracia no podemos vivir del aire, aunque a veces nos gustaría.
También acabas de cerrar el proyecto “Icebers Nations”…
Si, en AP Gallery, la galería dedicada al arte y al paisaje, que está en la Sierra de Ayllón. Aunque no descarto llevarlo a más lugares, porque habla del concepto Nación, de cómo una nación es un constructo mental presente en el imaginario colectivo. No hay nada sólido, no hay nada permanente en una nación y, como un témpano de hielo, está condenada a diluirse.
Unas reflexiones muy necesarias en los tiempos que corren, donde los políticos polarizan todo, juegan con nuestros sentimientos, juegan con esa abstracción llamada patria que no existe de manera real, y acaban empujándonos, a veces, a odiar a personas que ni conocemos, por el simple hecho de que han nacido al otro lado de una línea ficticia.
¿Además de estos proyectos, en que trabaja Rubén actualmente?
Tengo una lista de alrededor de diez proyectos abiertos. Los voy llevando en paralelo, los voy alimentando poco a poco hasta que hay alguno que siempre coge la delantera, y con la excusa de hacer alguna exposición o presentarlo en algún lugar, lo impulso, lo materializo y lo presento.
Fotos: @yricardo
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