Las ferias son lugares mágicos, donde en un mismo espacio podemos alcanzar muchos mundos, todos aquellos que traigan al ruedo los artistas participantes. Somos seres independientes con mentes independientes que piensan diferente, eso hay que entenderlo para todas las esferas de la vida, si no sería muy triste, y reducida esta última. Los creadores son seres libre pensantes –como todos los humanos-, solo que ellos pueden volar un poco más que el resto de los mortales, porque respiran en una dimensión… artística, que se entronca con la mágica, de ahí que puedan convertir los sueños en realidad, a través de la obra de arte… Y emocionarnos con sus ideas materializadas en los más disimiles materiales.
Caminando por la Feria de Arte ARTBO en Bogotá que estos días finales de octubre abre los ojos a la magia de los creadores, es fácil advertir por el recorrido la obra de… Miler Lagos (Colombia 1973), quien, en el tiempo, con sus objetos escultóricos e intervenciones, que destilan un “olor” siempre original/creativo llama la atención y atrapa por dondequiera que pasa. Aquí no es una excepción. En la sección SITIO, un espacio que estimula la percepción del espectador, a partir de piezas que trasciendan los formatos tradicionales de exhibición, sembró la obra Herederos de la lluvia (Rainmakers) 2017, emplazada allí como extensión de la galería Max Estrella (España).
La obra en cuestión, es una instalación interactiva: una suerte de anillo de madera rodante (5 metros de diámetro) suspendido sobre un espejo de agua que se activa cuando el público camina en su interior, más o menos como existen en muchos centros de diversión… Con el movimiento, el agua de la superficie sube hasta la parte superior del anillo, y al llegar al punto más alto, la gravedad hace de las suyas, y las gotas caen en forma de lluvia.
Detrás de lo que podría parecer una simple obra hay una infinidad de conceptos, y, sobre todo, la vida e historia del creador. Más allá de hacer referencia a la energía vital que se produce, y de la relación del ser humano con su entorno y la naturaleza, muy tocado aquí por gran mayoría de artistas presentes, Hacedores de lluvia…, transparenta a Miler Lagos.
Este inmenso creador de nuestro tiempo, que es noticia y foco de atención por donde pasa, con sus “esculturas” e intervenciones nos invita a reconsiderar las propiedades materiales del objeto. Y es muy lógico, haciendo “arqueología”, mirando atrás en sus interiores, y en sus inicios, uno encuentra que Miler Lagos ha dedicado casi todo su quehacer creativo a esta forma de trabajo, relacionada íntimamente con la tecnología y la ciencia, base de sus creaciones. La primera aproximación del artista al arte fue por esta vía. Las máquinas como ingeniero, y se abrieron las puertas del arte…de Da Vinci sedujeron a Lagos, pero también la obra plástica del insigne artista italiano, cuyas elucubraciones sobre temas técnicos y científicos, los combinaba armoniosamente al arte con la ciencia para representar, de la mejor manera posible, la materialización de sus ideas.
Lagos comenzó a estudiar la carrera de ingeniería, pero allí no encontró lo que buscaba: la parte creativa, para sus sueños. Sintió cierta frustración, y miró hacia las puertas del arte. Un profesor, antes de entrar a estudiarlo le comentó, según relata el propio Lagos en una entrevista, que el arte era más amplio que la escultura o la pintura. Hay más medios, el performance, la instalación. Esta palabra lo sedujo y vio que tenía, mucho ganado, pues pensó en las instalaciones hidráulicas, eléctricas…, era perfecto esta entrada al arte para él. Desde entonces se le ve por el mundo mostrando esa capacidad de creación que traspasa fronteras, recordando, tal vez al maestro italiano pro en el siglo XXI.
Por eso, en cada importante encuentro de arte, bienal, exposición, feria, su nombre está ligado a la originalidad, a la admiración, al tiempo. Pues sus instalaciones, enormes objetos escultóricos, instalaciones – repletas de ideas, conceptos y recuerdos-, que tienen muchas aristas para hacernos pensar, deslumbran a los espectadores. Cual un potente imán ellos son atrapados, para penetrar en sus “inventos artísticos”, tocarlos, jugar, pues el aspecto lúdico acompaña siempre el quehacer de este también iluminado del arte de estos tiempos…
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