Rodar con Arte. "Regreso al futuro" en un DeLorean

Por: Willy Hierro Allen               

La trilogía de películas norteamericanas de ciencia-ficción “Regreso al Futuro” (Back to the Future, en inglés), comenzó en 1985 (la más exitosa) y le siguieron las de 1989 y 1990. Según la revista Forbes, solo en Estados Unidos “Back To fhe Future” vendió unas 109 millones 140 800 entradas.

Hace 33 años se estrenó la primera parte de Regreso al Futuro y aún sigue vigente. Recién me llegó y volví a disfrutarla. Aunque el tema no es nuevo, recordemos que en 1895 H. G. Wells publicó La máquina del tiempo y en 1960 se llevó al cine (también en 2002 con mucho más tecnología), no ha terminado de ser un argumento soñador: viajar en el tiempo.

Esta vez los productores Steven Spielberg, Bob Gale y Niel Canton traen la historia del jovencito de 17 años Marty McFly y su amigo el científico Doc Emmet Brown, con un automóvil (convertido en “máquina del tiempo”) en el cual viajan 30 años atrás. Y comienzan los embrollos de esta película de ciencia-ficción que tiene de comedia, drama, acción y suspenso.

A diferencia del científico ‘viajero en el tiempo’ de Wells, que fabrica su vehículo, aquí el Doc Brown (interpretado por Christopher Lloyd) escoge un moderno automóvil, que no es de una marca icónica e histórica, como suele suceder en el cine, sino una nueva con muy pocos años de creada: la DeLorean, la cual inició su fabricación en 1981.    

¿Por qué escogió un DeLorean como máquina del tiempo? Es la pregunta que se hacen los espectadores y la que le hace Marty McFly (interpretado por Michael J. Fox) al Doc Brown. Permítanme reproducir este diálogo. Le dice Marty al Doc: “un momento, un momento Doc ¿quieres decir que has construido una máquina del tiempo…? ¡En un DeLorean!

Sonriente, Doc responde: “siempre he pensado ‘si vas a viajar al pasado’, hazlo con estilo ¿y qué mejor que con un DeLorean?”. Así fue como el auto DeLorean se convirtió en uno de los personajes principales de esta película.

Pero veamos la historia de esta marca que solamente fabricó durante 2 años (1981 y 1982) y produjo 17 783 automóviles.

DeLorean Motor Company fue fundada en Detroit, EE UU, en octubre de 1975 por John Zachary DeLorean, joven ingeniero e innovador en negocios que pintaba como futuro ejecutivo de General Motors, el mayor fabricante norteamericano de autos. Pero prefirió crear su propia marca y, con ayuda financiera, montó su fábrica en Dunmurry, Irlanda del Norte. 

De allí salió el primer DMC-12 (como el de la película) a inicios de 1981. Puertas “alas de gaviota”, motor trasero, ventana trasera con persianas y la carrocería de acero inoxidable con paneles fijados por tornillos. El interior de colores negro o gris, asientos de cuero, retrovisores eléctricos, aire acondicionado y columna de dirección ajustable.

Precio original de venta: 25 000 USD, garantía de 12 meses y/o 19 000 km. “Este es un ‘coche ético’, que se produce para tener larga vida y dar mucha seguridad a sus ocupantes”, dijo John DeLorean al presentar el DMC-12. Y todo parecía ir sobre ruedas, pero en octubre de 1982 John fue arrestado por tráfico de drogas.

Años más tarde se comprobó que había sido víctima de un engaño. En el mes de diciembre, DeLorean Motor Company (DMC) entró en quiebra y cerró. Los 2 500 obreros y los 100 millones de dólares en inversiones se quedaron en suspenso. En una declaración, el Gobierno británico dijo que DMC fue deliberadamente cerrada por motivos políticos.

Nada de esto se aborda en la película. Si no lo sabía, Rodar con Arte se lo contó.      

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