Por Jorge Fernández Era
Con la presencia de Araceli Morales López, embajadora de Colombia en Cuba, así como de Rafael García, agregado cultural de esa nación, fue inaugurada en el Palacio de Lombillo, contiguo a la Plaza de la Catedral del Centro Histórico de La Habana Vieja, la exposición Aquazul, del artista colombiano Roberto Angulo, que estará abierta al público hasta el próximo sábado 26 de mayo.
La muestra se realiza en el marco del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior, una iniciativa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia que busca promover «el conocimiento de las expresiones culturales del país a nivel internacional, en los campos del arte, la música, la danza, el teatro, la academia, la literatura, el cine y la gastronomía.
Roberto Angulo nació en 1946 en Cereté, Córdova, y es graduado de la especialidad de Arquitectura en Barranquilla. En el catálogo de Aquazul se recalca que «los principios del diseño le aportaron los primeros conceptos sobre composición y proporción. Durante sus primeros años de práctica plasmó el tema clásico de la acuarela, perfilando su estilo realista. A medida que se afianzaba en el oficio fue tomando elementos del paisaje y convirtiéndolos en tema principal de su obra». Al decir del crítico Eduardo Serrano, «su técnica, la acuarela, tratada de manera casi plana y con miras creativas y ambiciosas, evidencia un concepto renovador ante un medio tradicional y frecuentemente relegado a una función decorativa».
El artista estudió grabado en 1977 en Atelier 17 de Stanley W. Hayter, en París, y en lo sucesivo ha explorado en su trabajo las técnicas del aguafuerte, la serigrafía y la litografía en talleres de Cali, Bogotá y Barcelona. Recientemente fue merecedor del Premio a la Excelencia en el Salón Internacional de la Acuarela en Ciudad de México. Su obra ha sido expuesta en más de treinta salas nacionales e internacionales, y ha formado parte de unas ciento setenta exposiciones colectivas.
En declaraciones exclusivas para Arte por Excelencias, el artista expresó lo siguiente: «Hace mucho tiempo que trabajo solamente lo que tenga agua: pinté el mar, los barcos, después me quedé con el agua y su movimiento, el mar, la orilla, la ola que reventaba en la playa, también dibujé ciénagas, con su vegetación saliente, el reflejo sobre la superficie y la transparencia en la superficie. Dicen que soy hiperrealista, pero nunca he querido serlo. Simplemente lo que he buscado es que se sienta a través de mi obra la temperatura del agua, su movimiento, todo lo que ella nos brinda. El agua siempre me ha atraído. Practiqué la natación, cuando veía una piscina me tiraba en esta con ropa y todo. He sido un enamorado del agua, y pinto con acuarela, que es con agua además. Aquí he presentado una serie de piscinas, con mucho azul, de ahí su nombre».
