Por Jaime Masó Torres
A una década de creación espléndida llega Alexis Rodríguez García este 2018. Quizás sin proponérselo y antes de aspirar a una exposición, ¡y a pensar en grande!, como debe hacer un artista, García se inició como fotorreportero del sitio digital de Habana Radio, la emisora de la Oficina del Historiador de La Habana.
Según me cuenta, la idea de ir capturando cada detalle con su cámara se fue convirtiendo en una necesidad. Primero, los momentos más comunes y sencillos de la vida cotidiana, luego llegaron los detalles de la arquitectura habanera, esa que pocas veces admirados como se debe y después el arte de Alexis nos entregó distintos cuerpos sensuales vinculados con el deporte y con la música. Han sido tantas exposiciones personales y colectivas, que voy pensando en algunas de ellas sin cumplir con el orden cronológico.
Serán pocas las galerías de La Habana, específicamente del centro histórico de esta ciudad, que no le abran las puertas a la destreza que ya tiene Alexis como fotógrafo. Otras ciudades como Matanzas o la oriental Bayamo, han apreciado los discursos fotográficos de Alexis, para nada complacientes o triviales.
Desde el mismo momento que este hombre se decidió a retratar cuerpos semidesnudos o acercarse a una Habana como pocos la han visto, nos demuestra que Alexis no es el fotógrafo “convencional” que reúne a multitudes. Aunque él se niegue por completo a fotografiar lo catastrófico, bien puede imputársele el calificativo de “fotógrafo sin prejuicios”.
Hace unos meses, a propósito de su última exposición, escribí que Alexis es un artista que no va por las calles gritando a todos lo último que hace. Prefiere ir construyendo su obra en silencio y esperar que los demás evalúen y juzguen su arte. En cada fotografía que revela se esconde un mundo de significados, metáforas provocadoras y polémicas que nos ponen a pensar en serio y replantearnos hasta qué punto sigue siendo la fotografía el camino de la reflexión inmediata.
Volveremos a escribir sobre Alexis en cada enero. Ya encontró el artista su discurso, su lenguaje. Mas algunos no saben que el secreto está en los sonidos: Alexis es un hombre completamente de radio.
Alexis Rodríguez, es un artista que no va por las calles gritando a todos lo último que hace. Prefiere ir construyendo su obra en silencio y esperar que los demás evalúen y juzguen su arte. Algunos podrán disminuir o minimizar los instantes y las personas que él capta con su cámara pero serán sólo aquellos que no tienen la capacidad de mirar más allá de lo permitido, porque en cada fotografía que Alexis revela se esconde un mundo de significados, metáforas provocadoras y polémicas que nos ponen a pensar en serio y replantearnos hasta qué punto sigue siendo la fotografía el camino de la reflexión inmediata.
Porque nació en la radio, entre voces, música y efectos (es lo que se llama un verdadero “hombre-radio”), Alexis prefiere alejarse del ruido y explora en el mutismo de los muros; conjuga instrumentos musicales con la musculatura perfecta de un hombre o la sensualidad de una mujer; busca a un Martí perdido en la ciudad o nos acerca a una Habana elegante que nació cerca del mar. Para romper con el anonimato (que nunca ha tenido, pues todos saben su existencia y alaban su quehacer), Rodríguez García aprovecha cada aniversario de Habana Radio, la emisora de la Oficina del Historiador de La Habana de la cual es fundador, y agasaja a este centro a través de su mirada.
Con Urbe sumergida, su exposición más reciente ubicada en la Casa del Benemérito de las América Benito Juárez a partir del 12 de enero y durante todo el mes de febrero, el artista deja claro que son y seguirán siendo los detalles la magia que distingue a un fotógrafo. Atreverse a retratar a una de las ciudades más captadas en el mundo, es un desafío simple. Ahora bien, si la cuestión es mirar a La Habana desde el sitio menos imaginado, admirar su arquitectura de la manera menos comercial como se nos vende hoy, entonces el reto es peliagudo.
Varios fotógrafos, diría que miles, miran La Habana como la postalita perfecta del Caribe. Son pocos los que, lejos de complacerse con el derrumbe, se detienen en otros parajes habaneros y con su cámara enaltecen la ciudad de Lezama. Alexis Rodríguez se aleja de los mismos modos y la misma moda. Esta vez se “sumerge” en la ciudad que lo vio nacer y nos regala, en silencio, 24 instantáneas de una Habana pura.