Por: Onaisys Fonticoba Gener
Como es habitual desde las primeras ediciones del Festival Internacional Jazz Plaza, algunos de los más importantes músicos norteamericanos que cultivan ese género llegan a La Habana para compartir su arte y sus experiencias. Tal es el caso del clarinetista-saxofonista Victor Goines quien, además de inaugurar el evento teórico del Festival el próximo miércoles, ofrecerá presentaciones en el Museo Nacional de Bellas Artes el martes 16, y en el Teatro Nacional, el miércoles 17.
Sobre las tablas, anunció, interpretará junto a Janio Abreu y Aire D´Concierto géneros cubanos de los más auténticos como el nengón, el pilón y el changüí. Desde los ensayos, dijo, sabía que el encuentro sería único por la conjunción de sonidos y saberes de diferentes geografías, apuesta que realiza —acaso— por su vocación hacia lo múltiple, que también compartirá en conferencia magistral. Al respecto comentó que Multiinstrumentista: ser o no ser, ponencia que iniciará el XIII Coloquio Internacional de Jazz, versará —precisamente— sobre el (buen) dominio de varios instrumentos musicales y las posibilidades que representa para sus intérpretes.
Goines, visitante asiduo de la Isla, declaró que cada regreso es un privilegio. En los años que ha venido a Cuba, detalló, ha tenido el placer de crear relaciones con numerosos músicos y de verlos evolucionar profesionalmente. Crear amistades, añadió, es inherente al espíritu de la música.
Y es que si se habla de la interconexión entre las culturas cubana y estadounidense, la música merece un espacio obligado. La presencia de músicos de los Estados Unidos en Cuba se remonta a inicios del siglo XX cuando W.C. Handy, conocido como el “padre del blues”, visitó la Isla y a su regreso llevó una copia del Himno Nacional, que orquestó luego con su propia banda. Sin embargo, desde 1850 ya circulaba impresa la música cubana en los EE.UU.
En el género del jazz, poco antes de finalizar los veinte Alberto Socarrás grabó el primer solo de flauta en la historia del género junto a la norteamericana Clarence Willilams, en 1929; y en los cuarenta se grabó el primer disco de jazz enteramente cubano, producido por Norman Granz y titulado Cubanos!
Sin lugar a dudas, encuentros como el Jazz Plaza —que llega ahora a sus 33 ediciones— han constituido un vínculo para sostener y alimentar el legado cultural de ambas naciones. Al referirse a su realización y a la percepción internacional sobre el género, Goines explicó que mientras que “por años se ha hablado en los Estados Unidos de la muerte paulatina del jazz, la realidad ha echado por tierra ese criterio”.
“Soy un optimista y creo que siempre se puede hacer algo mejor, apuntó, por eso es que siempre regreso a Cuba, porque creo que puedo hacer algo mejor por los cubanos”.
El director de estudios de jazz en la Northwestern University en Evanston, Illinois; miembro del Septeto de Wynton Marsalis y de la Lincoln Center Jazz Orchestra, fue acreedor de un Premio Pulitzer en el 2007 junto a esta última agrupación por Blood on the Fields, de Wynton Marsalis. Asimismo, ha colaborado en álbumes con figuras prominentes del género como Dee Dee Bridgewater (también invitada al Jazz Plaza), Terence Blanchard, Ray Charles, Bob Dylan y Stevie Wonder.
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