Lajas, tu rincón querido

Por Jorge Fernández Era

«Descansa bajo esta losa / nuestro sonero mayor / el lajero ruiseñor / de voz dulce y melodiosa. / Pero lo que no reposa / ni se muere en el olvido / es su nombre que ha seguido / latente en el corazón / en toda la población / de este, su Rincón Querido». Así está escrita en una tarja esta décima del poeta Mario de Armas en la tumba de Maximiliano Moré Gutiérrez (24 de agosto de 1919-19 de febrero de 1963), más conocido por Benny Moré, el Bárbaro del Ritmo, el más grande sonero que ha parido la mayor de las Antillas, quien llevó a la música popular a las más altas cumbres, un hombre que es referente para todos los que la cultivan en el mundo.

Hasta el cementerio de Santa Isabel de las Lajas, el pueblo que lo vio nacer y donde reposan sus restos, caminaron los participantes en el Festival de Música Popular Cubana Benny Moré 2017 y el pueblo de «caballeros y mujeres altivas» que lo evoca. Hasta allí fue Arte por Excelencias para dejar constancia de la energía que emana de cada rincón querido donde dejó su huella, como ese humilde casino congo donde inició su quehacer musical y hoy se mantiene en pie gracias a la constancia de un grupo de ancianos que con el toque de makuta le siguen venerando, o en esas calles que hoy, con los acordes de «Me voy pa’l pueblo…», recorremos todos para acompañar a su hija Hilda y a otros familiares que han viajado al centro del país a rendirle tributo.

Sobrecoge imaginarse, cuando uno visita su tumba, cuánto hubiera podido entregarnos todavía el Benny si no se hubiera despedido con solo cuarenta y tres años. Por suerte para los cubanos, la música es parte de esa raíz que nos aferra a la existencia, y del pueblo surgen esos cultores que mantienen al Bárbaro del Ritmo entre nosotros. Dos de ellos han viajado a la Perla del Sur en estos días: Rafael Lay, hijo del fundador de la mítica Aragón y actual director de la orquesta, y Manolito Simonet, al frente de su Trabuco.

Rafael Lay: «El Benny ha puesto la música cubana muy alto por el mundo, y nos corresponde a nosotros ahora seguirla poniendo a esa altura. No hay que temerle al reguetón ni a lo que venga: nuestra música va a seguir siendo nuestra música. A partir de ahora comenzaremos a organizar el Festival por su centenario, dentro de dos años. Hay que hacer del Festival Benny Moré el más importante de los que se efectúa en la Isla, por lo que representa y a quien representa. Mi padre debe estar muy feliz de que se efectúe este evento; aquí está su orquesta cumpliendo ochenta años, interpretando la genuina música cubana, honrando al Benny».

Manolito Simonet: «Este evento es hoy más importante que nunca. La música cubana necesita de este Festival que lleva el nombre de lo más grande que hemos tenido en cuanto a interpretación y a proyección, un ejemplo de músico y profesional. Hay que agradecer a Lajas que haya dado un hombre tan grande, un hombre de tanta trascendencia. Seguimos su ejemplo y lo vamos a seguir para toda la vida. Para ser un gran cantante hay que seguir el modelo del Benny, que hizo trascender a esta tierra a través de esa gran voz que tuvo. Vamos a festejar este Festival con fuerza, para que él, desde donde esté, nos siga dejando su legado».