Por Jorge Fernández Era
Treinta años cumplió la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Tres años hicieron el pasado lunes de que se despidiera de los vivos Gabriel García Márquez, Gabo para los que sueñan. Y uno de sus sueños cumplidos fue precisamente la creación de ese centro docente a una veintena de kilómetros de La Habana, adscrito a otra de sus grandes realizaciones: la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
Fernando Birri, su primer director, declaró en el acta fundacional: «En definitiva, la Escuela de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, o sea, lúcida definida ideología, es decir, lúcida definida estética que no es sectarismo, que no es dogmatismo recorte, sino pluralismo; que no es Babel, sino apertura creativa, reto a la imaginación».
Dondequiera que el cine de la región tenga su fiesta, habrá que hablar de la Escuela de los Tres Mundos, como también se le conoce. Por eso en Gibara, que por estos días celebra su Festival Internacional de Cine, se organizó un conversatorio —y en él estuvo Arte por Excelencias— para honrar las tres décadas de trabajo de una institución que ha graduado a no pocos hacedores del arte cinematográfico que hoy prestigian a Latinoamérica, el Caribe y algunas otras regiones del mundo que han tenido cabida en sus aulas.
Susana Molina es su actual directora y fue conferencista en este encuentro en Gibara. Además de evocar a Birri y a otros directores que dejaron su impronta en una escuela que también fue obra de Fidel, rememoró algunos de los más importantes momentos de estos seis lustros de vida. «La escuela —apuntó— no solo se centra en la formación, sino también en el debate, en el pensamiento, en las publicaciones, en la conservación del patrimonio».
Antonio Enrique González —crítico y periodista de la EICTV, quien también presentó el libro Un día feliz, de Fernando León Aranoa y Benicio del Toro— destacó el inmenso patrimonio que alberga en sus bóvedas el centro: «La escuela tiene un doble valor audiovisual, no solo por la cantidad de materiales que emanan todos los años, un caudal enorme de audiovisuales que se realizan en los tres años y que son de alta competitividad en festivales internacionales. Los amantes de las estadísticas se afilarían los dientes cuando vean la cantidad de premios obtenidos por la escuela».
De Birri también citó Susana: «Nunca hemos creído en una técnica neutra, en una ciencia neutra, mucho menos inocente, y mucho menos en las escuelas de enseñanza artística que se ilusionan e ilusionan a los alumnos con la transmisión neutra de una técnica. La transmisión del conocimiento, del cual la técnica es solo una imprescindible herramienta, implica por parte de quien lo transmite y de quien lo asimila una visión del mundo, un juicio de valor sobre este mundo, un estar, es decir, un actuar en el mundo. No optar por un punto de vista o por otro es ya una opción».
La Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños sigue siendo la opción que soñaron el Gabo, Fidel, Birri y tantos otros.
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