MIAMI: El KaBe Contemporary presenta hasta el 15 de enero de 2010 la primera exposición individual del artista venezolano José Antonio Hernández Diez.
Se trata de una instalación de fotografía, en la que se refleja el lado sentimental del ser humano: gente que ha sido tocada por una tragedia personal. Su obra explora el viajar en el tiempo y la posibilidad de dar un último adiós o de deshacer hechos como la muerte, contribuyendo así a una sociedad más humana y feliz.
José Antonio Hernández Diez comenzó su carrera artística a finales de la década de 1980. Sus obras tempranas se caracterizan por una fuerte subcorriente emocional. Entre sus obras más importantes de esa época se encuentran Anabel Lee (1988) y Houdini (1989). En la década de 1990 su obra refleja una crítica religiosa y socio-económica. Luego su obra comienza a hablar acerca de cómo se consumen ciertos productos como una marca social. La hermandad (1994, Colección Fundación la Caixa, Barcelona) fue una obra notable de esa serie. En la siguiente década su trabajo comienza a referirse en una escala mucho mayor, a obra escultórica, objetos cotidianos salidos de proporción que revelan nuevos usos y contenidos. También comienza a explorar la fotografía, y produjo una serie utilizando las iniciales de los zapatos deportivos para deletrear el nombre de filósofos famosos.
La fascinación de José Antonio Hernández Diez durante la niñez, por las máquinas, le llevó a desarrollar muchas obras con las que creaba movimientos repetitivos sin comienzo ni final. Su primera obra en emplear este tipo de máquina fue Gran Patriarca (1993, Colección Ella Fontanals-Cisneros, Miami).
La extensa obra de José Antonio Hernández Diez goza de amplio reconocimiento internacional. Se ha presentado en muestras individuales en la Galería “Elba Benitez” de Madrid, en la Sala Mendoza de Caracas, en el New Museum of Contemporary Art de Nueva York.
Tras su presentación en KaBe Contemporary, esta muestra viajará al Periférico de Caracas.
Related Publications
