Miguel Arraiz y David Moreno, arquitecto y escultor, ejercen de invitados de lujo en uno de los mayores festivales culturales del mundo: Burning Man. El proyecto de Pink Intruder (Miguel Arraiz y David Moreno) ha sido el único en España becado por el propio festival y ha contado con el apoyo de instituciones valencianas, como el Ayuntamiento de Valencia y la Fundación Turismo Valencia, y con la participación del propio Gremio de Artistas Falleros. El monumento ha sido bautizado como Renaissence (Renacimiento o Renaixement, en valenciano) y se inspira en la Lonja de Valencia, edificio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Burning Man ha tenido lugar en la ciudad temporal de Black Rock (Nevada, Estados Unidos) y ha contado con la participación de aproximadamente 70.000 personas. La entrada estándar tiene un coste de 390 dólares. Su edición 2016 comenzó el pasado 25 de agosto y finalizó ayer, día 5 de septiembre –Día del Trabajo en Estados Unidos-, con un espectáculo de fuegos artificiales y explosiones pirotécnicas muy similar al que se realiza durante el cierre de las Fallas.
Pink Intruder es un excelente trampolín en la proyección internacional de la fiesta mayor de Valencia, que en estos momentos es candidata española para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este organismo de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura anunciará en la asamblea anual de noviembre de 2016, si aprueba o no la inclusión de las Fallas en la lista de fiestas y tradiciones incluidas en el catálogo de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El monumento de Miguel Arraiz y David Moreno estará de vuelta en España próximamente.