MURCIA: La exposición Dominó caníbal –comisariada por el estudioso mexicano Cuauhtémoc Medina– inauguró ayer la primera de siete exposiciones que durante el año serán vistas en la antigua Iglesia de Verónicas de esta ciudad, como parte de una misma propuesta.
A cargo del artista Jimmie Durham (artista cherokee, nacido en Arkansas en 1940), la apertura de la exhibición responde al PAC (Proyecto de Arte Contemporáneo Murcia 2010), una de las iniciativas de la Consejería de Cultura y Turismo de esta región española, destinada a fomentar el arte contemporáneo internacional y de la región.
Comprometido con el Movimiento de los Indios Americanos, Durham es escultor, poeta y ensayista. Ha ocupado la nave de la ex-iglesia como el repositorio de una colección heteróclita de objetos, residuos y cosas: la fosa común, la clasificación subversiva o el mapa residual del mundo. El nudo de la operación consiste en introducir en el templo religioso y estético, “lo profano” en su sentido etimológico más hondo: todo lo que queda “ante el templo”, es decir que lo está “antes” del festín o es excluido para investir la pureza espacial del sanctus: trozos de cemento, alambre, refrigeradores, barriles, fragmentos de vidrio y residuos de “lo sagrado”, vendrán a comentar el espacio de la sala de exhibición en el intento descomunal de conectar el interior del templo con todo aquello que expulsó para ser sacralizado, es decir, convertirlo en una especie de “templo de la confusión”.
El resultado es una invasión que perturba la noción occidental de una espacialidad trascendente definida por negar el caos, lo vivo y la contaminación del mundo. Si este bricolage alberga un mapa de ese mundo excluido por el artificio religioso, es porque resiste toda representación y metáfora, es decir, cualquier dispositivo que entiende “sentido” como rechazo a la inmanencia.
Por un lado, el proyecto es resultado de un comportamiento de investigación de lo concreto: el inventario de lo que Durham recolectó por espacio de un mes en la ciudad de Murcia, excavando tanto su arqueología industrial, la superposición de niveles de cultura y violencia que la componen y estableciendo una constante conversación con sus habitantes. El objetivo es, efectivamente, traer a colación el “todo” excluido del templo, no sólo por la masa del yacimiento acumulado, sino porque cada cosa introducida en la iglesia arrastra aquello que le es próximo, lo que le sustituye e implica por contacto. Técnicamente, podríamos decir que la instalación de Jimmie Durham es un enorme festín metonímico.
En Dominó Caníbal, participarán durante este año otros seis artistas: Cristina Lucas, The Bruce High Quality Foundation, Kendell Geers, Tania Bruguera, Rivane Neueschwander y Francis Alÿs.
Este modo de trabajo, explica Medina: “tiene que ver con proponer un contramodelo de festival artístico diferente a las bienales, los museos y las intervenciones site-specific, que asume un cierto territorio hecho de continuidades y discontinuidades prácticas entre artistas y desplazamientos creativos. Mi punto de partida es la operación del juego de dominó, un punto de producción transcultural extendidísimo, basado en los juegos de dados chinos, migrado a Italia, difundido por la colonización ibérica sobre el nuevo mundo, y muy popular en las culturas latinoamericanas. Desde un punto de vista histórico, se refiere a la ruta migratoria del juego que va de Catay al Caribe, pasando por las rutas europeas del capitalismo temprano; es un mapa del proceso histórico que desató al mundo moderno. También la utilización ideológica del llamado ‘efecto dominó’ alude los terrores de la guerra fría y más allá”.
“El efecto dominó hará referencia a la cadena de momentos históricos y argumentales que definen la liga entre colonización, postcolonialismo y globalización capitalista. Tras los debates multiculturales de los años ochenta y noventa, y con la globalización artística expandida, se definen los flujos globales y diferencias de integración cultural y económica”. Todas esas implicaciones se exploran en la forma de la participación e interacción artística, más que en términos de ninguna directiva temática.
Manteniendo la integridad de las intervenciones individuales, el formato sugerido por el comisario apuesta por una forma de trabajo en la que cada artista actúa sobre lo ya realizado por el precedente, bien destruyéndolo, apropiándoselo o rehaciéndolo, poniendo en marcha dinámicas propias de una práctica artística colaborativa y resaltando el valor del proceso.
PAC MURCIA 2010 se complementará con un programa de galerías, un seminario organizado en colaboración con CENDEAC y becas de residencia para artistas murcianos en Berlín y en México D.F.
Para más información: http://www.pacmurcia.es/
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