Esta galería es un espacio concebido para presentar proyectos inéditos en nuestro país. Ahora reúne, por primera vez, al gran olvidado de nuestros días: el dibujo firmado por los grandes maestros de la historia del arte. Son mayoritariamente españoles, pero también hay algún ejemplo de la escuela italiana o de la francesa.
‘Alonso Cano no es una parada de metro. Dibujo clásico’ no es una exposición que facilite respuestas sino que se hace preguntas. No presenta un planteamiento académico sino un experimento que juega con elementos que parecen antagónicos: el dibujo clásico en el espacio contemporáneo en compañía de retratos imaginarios recién realizados. Artistas del siglo XVII —como Juan Conchillos Falcó—, del siglo XVIII —como Francisco Bayeu— o del siglo XIX —como Luis Álvarez Catalá—, bajo la mirada de los personajes en tinta china de Fernando Martín Godoy rodeados de muebles de diseño de las última décadas.
Y si la ecuación funciona será el momento de preguntarse ¿por qué el mercado da tan poco valor a la ‘raíz del arte’ de siglos pasados? ¿Por qué lo antiguo ha sido relegado? Este es el planteamiento de ‘Alonso Cano no es una parada de metro. Dibujo clásico’, que pretende demostrar, o al menos lo intenta, que el dibujo antiguo puede convivir perfectamente con piezas contemporáneas enriqueciéndose mutuamente.
Puede sorprender pero, en general, en el mercado del arte es mucho más caro un dibujo contemporáneo que uno antiguo. Por ejemplo, si comparamos los precios de ventas recientes de dibujos de Lichtenstein y Schiele con los de Tiepolo, Rembrandt, Moreau o David, la diferencia es enorme. ¿Hemos perdido la fascinación por los tiempos pasados? ¿Solo nos interesa lo rabiosamente actual? Más preguntas.
‘Alonso Cano no es una parada de metro. Dibujo clásico’ reúne 15 piezas de los grandes maestros de siglos pasados y 4 retratos de Fernando Martín Godoy (Zaragoza, 1975). Sobre su intervención, el artista explica: «Me he centrado en pintores españoles del XVII. Los retratos de Alonso Cano, Velázquez o Zurbarán han sido realizados a partir de fotos encontradas en internet de gente que se les parece. Después, a la hora de dibujarlos, he tratado de mimetizarlos con el personaje en cuestión modificando los rasgos, el peinado y el vestido para aumentar el parecido».
Estas obras forman parte de la ‘La mirada fantasma’, una serie abierta que conforma un ‘work in progress’. Con ella Martín Godoy trata de recuperar momentos de la historia del arte a través de material apócrifo, con la idea de crear imágenes nuevas de personas, instantes y lugares bien conocidos. «Las obras presentan una disposición de página de libro o de revista, como si hubiera encontrado esas imágenes, hasta ahora inéditas, en publicaciones también desconocidas. En todas las obras, las sucesivas capas de tinta y acuarela velan las imágenes, como una metáfora del paso del tiempo, del rescate de la memoria», aclara.
En los siglos XVII y XVIII el artista utilizaba el dibujo como boceto preparatorio. En él copiaba estampas y modelos del natural con los que creaba la composición que le permitiría empezar a pintar o a esculpir. La exposición, aunque no es su objetivo, desvela que los pintores españoles necesitaron de los dibujos preparatorios a la hora de plantear sus composiciones y desmonta el tópico de que trabajaban directamente sin necesidad bocetos previos.
Es curioso que cuando los historiadores han empezado a profundizar en los catálogos razonados de dibujos de distintos artistas, se han ido recuperando multitud de atribuciones ocultas entre obras que se suponía que pertenecían a artistas italianos o franceses. El dibujo era una herramienta de trabajo, por eso, raramente estaban firmados. En España, normalmente a diferencia de otros países, los dibujos configuraban unos cuadernos o álbumes de inspiración donde se mezclaban con grabados o láminas de otros autores. Solo después del fallecimiento del autor algunos ejemplares, completos o en hojas sueltas, salían a la venta. En ocasiones, pasaban de unas manos a otras y la mayoría de ellos se han perdido.
Las piezas de ‘Alonso Cano no es una parada de metro. Dibujo clásico’ no provienen de ninguna colección por lo que es la primera vez que estos trabajos se muestran juntos. Encontramos desde proyectos de arquitectura, paisajes, academias, hasta esbozos para composiciones religiosas o mitológicas.
Sobre Espacio Sin Título
Espacio Sin Título –la galería de Cano Estudio– nació como punto de encuentro y un lugar de agitación social. Es una plataforma para presentar en el mercado español artistas internacionales inéditos en nuestro país. En sus paredes han expuesto, entre otros, Hedi Slimane, Yoshitomo Nara, John Pawson o Hussein Chalayan. También ha dado a conocer proyectos de autores españoles creados específicamente para el espacio –como Juan Zamora o José Luis Cremades– y ha sido el lugar de revelación de grandes promesas del arte joven como Blanca Gracia.
Exposición: "Alonso Cano no es una parada de metro. Dibujo clásico"
Fechas: del 4 de mayo al 31 de agosto de 2016
Dirección: Alameda, 3