Con la inauguración de muestras gráficas en distintas ciudades del estado mexicano de Quintana Roo, inició con buen viento el Festival de Cultura del Caribe, que este año estuvo dedicado a Cuba, abarcando disímiles manifestaciones artísticas.
Esta vez Quintana Roo exhibió en sus exposiciones el quehacer más depurado de sus artistas visuales y sus artesanos, así como fotos de vestigios arqueológicos y los hallazgos de la cueva sumergida de Tulum, que han puesto a los científicos a reflexionar sobre los orígenes humanos.
Dentro de la gran fiesta se insertó también el Festival Joven, con alternativas protagonizadas por conjuntos musicales y cantantes juveniles de México, Colombia, Belice y Cuba, así como demostraciones gastronómicas, elaboración de murales, y muestras fílmicas y de artes visuales.
Asimismo fluyó con determinado éxito un coloquio destinado a la reflexión sobre el teatro, que estuvo acompañado de una jornada de presentaciones escénicas y otra de trova con figuras de México, España y Colombia, y con nombres de la talla de Mexicanto, Alejandro Filio, Pedro Guerra, Fernando Delgadillo, Santiago Cruz…
El festival se enriqueció, además, con la participación de representantes de la Isla de primerísimo nivel, al estilo de Isaac Delgado y Gente de Zona, la tradicional Orquesta Aragón, y las afamadas agrupaciones Adalberto Álvarez y su Son, y Charanga Habanera, que compartieron escenario con Margarita, la diosa de la cumbia colombiana y el talento beliceño de Bernie Velázquez.
El Festival de Cultura del Caribe, creado en 1988 por el doctor Miguel Borge Martín, se extendió hasta el año 2000 con una sola interrupción en 1993, cuando el gobernador Mario Villanueva rompió nexos con los organizadores del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Al no contar con el apoyo externo, Villanueva suspendió esa edición, pero la iniciativa se retomó en 1994 con recursos y estrategias locales, no siempre felices dadas las limitaciones humanas.
En el sexenio de Joaquín Hendricks Díaz solo se realizó en dos ocasiones: la primera en 1999 y la segunda en 2000, muy costosa debido a su concepto transfronterizo, pero con opciones artísticas, sobre todo teatrales, de muy alto nivel. Un año después, Hendricks eliminó la cita con el pretexto inverosímil de que los presupuestos estaban muy ceñidos.
El Festival de Cultura del Caribe fue retomado en 2011. En el lapso de una década se desarrollaron aventuras análogas, eventos con el mismo fin, pero modestos, en sitios como Isla Mujeres, Cancún, Chetumal y Felipe Carrillo Puerto, pues de alguna manera la fiesta se hizo tradición.
En resumen, que en esta ocasión, a pesar de algunos desajustes de logística, informaciones cruzadas y tal vez demasiado privilegio de la música por encima de otras manifestaciones, la fiesta dejó escuchar comentarios positivos sobre la puesta en escena de la compañía teatral colombiana Maldita Vanidad, las interpretaciones del tenor Joel Montero —quien canta el tema identificativo del festival—, la cantante de Trinidad y Tobago Alison Hinds, sobre la valiosa representación de Cuba y la presencia mayor del arte local, en ese aprendizaje continuo que se produce en este Festival de Cultura del Caribe, junto a las olas azules.