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El resto es teatro

ise 08-04-2016

Clásicos de la escena cubana

Roberto Blanco es un nombre indispensable a la hora de construir la historia del teatro cubano. Su estética particularísima, la manera de entender el teatro que marcó nuestro arte desde la actuación, la dirección, el magisterio, lo hacen una de esas figuras legendarias para los que como yo no conocimos al hombre, no vimos sus puestas, sino que recibimos su esencia a través de la generación que se formó bajo su mano.

Roberto fue una figura controversial. Después de trabajar como actor y director en la década de los setenta en Teatro Ocuje, Teatro Estudio y el Teatro Lírico Nacional, después de la incomprensión y el quinquenio gris conformó a finales de 1983 un grupo que marcó de forma indeleble nuestra historia: Teatro Irrumpe.

Para la temporada inaugural sube a escena Fuenteovejuna, de Lope de Vega, y María Antonia, de Eugenio Hernández Espinosa. A partir de ahí comienza una época mítica, de la que todos los que formaron parte conservan recuerdos gratos o amargos. Fueron tiempos duros, y Roberto era un director que demandaba entrar en un estado cercano a la grandeza que solo se consigue poniendo al teatro por encima de todo lo demás, como una primera naturaleza más que humana. Sin embargo, todos los actores que pasaron por su compañía tenían el sello distintivo de su teatralidad, con una visualidad y organicidad que se adelantaron a su época. Era un hombre que intimidaba y encantaba a la vez.

El perro del hortelano, de Lope de Vega, fue su última producción, en abril de 2001, estrenada en el teatro Mella. «Esta comedia es para mí como un viejo amor, de juventud», escribió Roberto en el programa de mano, y una vez cumplida la cita, cerró un círculo de vida.

Cuando falleció en La Habana, el 24 de diciembre de 2002, a las 10 y 30 de la mañana, como consecuencia de una larga enfermedad, ostentaba los mayores premios y distinciones que el Ministerio de Cultura otorga. Nada de esto importa mucho si se compara con la impronta que su hacer dejara para la historia de este país. Como diría en una entrevista: «Aquí estoy. El resto es teatro».