Tiene que ser muy elegante, de arquitectura peculiar, de exquisito trato, con una historia detrás de esas que dispararían la venta de una novela, para que creadores distinguidos con el Premio Nacional de Artes Plásticas, Música o de Literatura, o artistas cuyas obras enaltecen las colecciones de instituciones como el Museo Nacional de Bellas Arte de Cuba, el de Arte Moderno de Nueva York (Moma) o la sede de la Onu accedan a que aquello que los hace singular contribuya a darle otro toque de donaire, como ocurre con el Inglaterra, una de las joyas del grupo hotelero cubano Gran Caribe.
No por casualidad, el Inglaterra, con sus cuatro estrellas y su ubicación de privilegio al estar enclavado frente al Parque Central, muy próximo al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso y del imponente Capitolio, ostenta desde hace treinta y cinco años la categoría de Monumento Nacional. Y es que el hotel más antiguo en funcionamiento de la capital de la Isla —abrió sus puertas en 1875— no solo fue testigo del discurso que José Martí pronunciara en homenaje al periodista Adolfo Márquez Sterling o constituyó el sitio elegido por el lugarteniente general Antonio Maceo para hospedarse, como mismo lo fue de Máximo Gómez, José Raúl Capablanca, Sarah Bernhart, Ana Pavlova, Rubén Darío…, sino que también destaca por los esmerados servicios que presta, la magnificencia de su arquitectura y de sus decorados, lo cual se complementa con un sello que lo convierte en un sitio para admirar: su carta-menú, que a partir de 2012 ha sido diseñada por famosos al estilo de Zaida del Río, Alfredo Sosabravo, Roberto Fabelo, Nelson Domínguez, Omara Portuondo, Pablo Armando Fernández, Flora Fong, Alicia Leal, Ileana Mulet, Alexis Leyva (Kcho)…, lo que acaba por hacer más irresistibles las ofertas del restaurante El Colonial.
Por esas tantas razones es que nadie se asombra cuando el grupo Gran Caribe lo presenta como uno de sus productos líderes, porque el Hotel Inglaterra tiene el don de la excelencia al unir calidad y confort con elegancia y arte.