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Huellas de Banksy en La Habana
22June

Huellas de Banksy en La Habana

Por: Michel Hernández

 

Banksy ha sabido moverse ma­gistralmente entre las sombras para intervenir las paredes de grandes ciudades del mundo con grafitis insumisos, rebeldes y anticapitalistas llenos de ironía, sátira política  y simbolismo. Los habitantes de París, Nueva York, Londres, Barcelona han  podido encontrar a su paso la imagen de un activista político arrojando un ra­mo de flores como si fuera un cóctel molotov, policías británicos fundiéndose en un beso,  un muñeco in­flable dis­frazado de pre­so de la base na­val de Guan­tánamo en la cola de la montaña rusa de Disney­landia, la ni­ña que suelta al aire un globo rojo, obras que han convertido a ese artista in­glés  en un ícono del grafiti y del street art y en  una de las grandes le­yendas del arte contemporáneo.

 

Pero nunca se había tenido noticias de que Banksy —nacido en Bris­tol y cuya identidad se desconoce— hubiera dejado su huella en La Ha­bana. Hasta que el artista Nestor Si­ré (Camagüey, 1988), tras un meticu­loso  proceso de investigación, descubrió que esta leyenda de la contra­cultura había pasado por La Habana junto al dj Jon Carter en el 2004 antes de tomar rumbo a Jamaica. El resultado de su supuesto paso por la capital cubana es una serie de grafitis en las paredes entre los que aparecen su famoso personaje de la serie Gangs­ter Rat, junto a la frase This is not a photo opportunity.

 

Nestor, al descubrir una de las obras de Banksy, decidió restaurarla y luego en­marcarla y para ello contó con la destreza de un grupo de restauradores de la Oficina del His­toria­dor de La Ha­bana. Los especialistas se apoyaron en la técnica del stacco, consistente en retirar la capa de pintura de la pa­red, para que esta imagen, descolorida y gastada por las inclemencias del tiempo, aunque re­cubierta por una capa de pintura co­mo protección, no sufriera más da­ños.

 

Bajo la frase “los malos artistas imi­­­tan, los grandes artistas roban”, atri­buida a Pablo Picasso, Siré hizo su­­­yo el grafiti y lo colgó para la venta en su blog personal con la condición de que la pieza no pueda salir de Cu­ba y tiene el propósito, según  declaró a Gran­ma, de  “hacer con este proyecto una obra que re­tra­te de forma irónica la apropiación de Ban­ksy por parte del mercado”.

 

“Mi  intención no pasa por ven­der  la obra. Es poner una go­losina para los coleccionistas inter­nacio­na­les que no puedan degustar.  Es sobre todo un gesto metafórico. No se tra­ta de buscar dinero para hacer un taller o comprar una casa, sino de hablar sobre la comercialización del mer­cado del arte, algo que Banksy ha reflejado muy bien”, dice Nestor en conversación telefónica desde Ma­tanzas.

 

“Descubrí un proyecto en internet —indica— consistente en que un gru­po de curadores quitaron los grafitis de Banksy de las paredes y los ven­dieron. Y Banksy divulgó un co­municado denunciando ese hecho. Pero él  no tiene respaldo legal porque es un  tipo incógnito. Y el mundo del ar­te lo vende y a mí me interesa par­ticularmente ironizar sobre eso”.

 

El joven artista, quien ha realiza­do varias intervenciones públicas y pertenece a la Asociación  Hermanos Saíz, calificó como “un golpe de suer­te” el descubrimiento de esos grafi­tis en el entorno habanero.  “En el 2010 encontré dos obras que hi­zo Ban­­ksy en el malecón, pero es­taban ex­t­re­ma­damente deterioradas. Cu­a­n­do las encontré el tiempo y el salitre ha­bí­an hecho estragos. También descubrí una un poco más conservada en La Habana Vieja. En­tonces me  apropié de Banksy para hacer mi propia obra.

 

Convoqué a res­tauradores con mu­cho talento y le hicimos el tratamiento como si se tratara de una pintura mural clásica. La restauramos y después la retiramos de la pared y aproveché la Bienal para exponerla. Por mi cuenta él realizó en La Habana cerca de siete grafitis”, agrega.

 

La obra no cuenta con compradores hasta el momento, pero Nestor afirma que le gustaría ante todo que se exhiba para el público cubano. “Me gustaría que los museos muestren la obra, aunque, de no ser posible, la estaré exhibiendo en la sala de mi casa para todos los que deseen verla”, afirma.

 

Banksy  ha mantenido una postura muy crítica contra la mercantilización del arte y apuesta por la democratización del espacio público. De ahí que mientras en el mundo del arte sus obras han llegado a comercializarse hasta en 80 000 dólares, el grafitero se ha burlado de forma ad­mirable del  mercado rematando  al­gunas de sus  piezas más conocidas a un costo de 60 dólares. Y su paso por La Habana ha llamado la atención internacional desde que se co­noció la noticia, y sus seguidores, que son legión, se han estado preguntando en qué lugar de la ciudad el artista inglés plasmó su huella.

 

Pero seguramente fueron muy po­­cos los que se percataron de la existencia de sus grafitis en los muros y las paredes de la capital cubana. No obstante, todavía están a tiempo de ver con sus propios ojos esta obra de su serie Gangster Rat. La exposición Na­­­no, una de las muestras colaterales de la 12 Bienal de La Habana, será clausurada  hoy en la galería Teodoro Ra­mos, ubicada en 20 de Mayo, des­de donde  Banksy le sigue hablando a los cubanos.

 

Fuente: Granma