¿Quién dijo que un automóvil no puede ser, literalmente, “una obra de arte”? Para comprobarlo no hace falta más que ver la BMW Art Car Collection, que por estos días celebra su 40 aniversario con exposiciones por todo el mundo. Desde el Museo de la marca bávara en Múnich, donde normalmente se exhibe, hasta espacios tan diversos como el Louvre, Hong Kong, el Centro Pompidou, el Guggenheim, Shanghai o el Concorso d'Eleganza en el lago Como.
No por gusto ya lo expresaba el vicepresidente sénior de Asuntos Corporativos y Gubernamentales del consorcio alemán, Maximilian Schöberl: “Los BMW Art Cars producen un emocionante punto de encuentro entre coche, tecnología, diseño, arte y deporte del motor. Los 40 años de historia de nuestras ‘esculturas rodantes’ son tan únicos y especiales como los artistas que las crearon”.
Y razón no le falta, pues desde que en 1975 un BMW 3.0 CSL pintado por Alexander Calder formó parte de las 24 horas de Le Mans, los BMW Art Cars han fascinado por igual lo mismo a los amantes del arte que a fans del automovilismo en todo el mundo, a partir de la inspiración que encontraron múltiples artistas en la emoción de la velocidad y el cinetismo espectacular de los coches de carreras, como ejemplos de escultura moderna.
La idea como tal surgió del piloto francés Hervé Poulain, quien hace 40 años, pidió a su amigo Alexander Calder que impregnase su talento artístico al auto con el que ganó las 24 horas de Le Mans en 1975; tras lo cual la BMW Art Car Collection ha ido creciendo al sumar en intervalos irregulares a lo largo de los años nuevos modelos.
Al punto que la lista de los 17 creadores que ha diseñado estos BMW hasta el sol de hoy es de lo más internacional y abarca nombres tan renombrados como los de los genios del “arte pop” Roy Lichtenstein (BMW 320 Grupo 5, 1977), Andy Warhol (BMW M1 Grupo 4, 1979), Robert Rauschenberg (BMW 635CSi, 1986) y David Hockney (BMW 850CSi, 1995) o el del expresionista del kitsch Jeff Koons (BMW M3 GT2, 2010), entre otros.
Fuente: http://www.excelenciasdelmotor.com