Por: Octavio Borges Pérez
Después de investigaciones de varios decenios y búsquedas por Arusha, en Tanzania, Estados Unidos y Europa, Venmechelen recuperó los genes originales de esa especie y ahora expone varios ejemplares en su instalación Las arenas de la evolución, inaugurada el pasado día 23 en el Museo Felipe Poey de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
En declaraciones exclusivas, Koen manifestó sentirse muy orgulloso porque no se trata solo de la oportunidad para materializar ese proyecto, sino que para él significa un momento de cambio, muy simbólico porque está reintroduciendo en la Isla el ADN de los Cubalayas desaparecidos.
“Cuando tienes la fuente genética, puedes continuar mejorando la especie y para el país resulta algo muy importante porque poseerá el control de los recursos y podrá tomar decisiones al respecto”, asevera.
Para el arte, dice que también es significativo porque representa la fertilidad en realidad, puesto que no se trata de poseerla individualmente, sino de traerla para poder mezclarla y emplearla para un beneficio.
El artista informó que ya está en contacto con la Empresa de Flora y Fauna y los primeros acuerdo marchan muy bien, con el objetivo de fundar un centro de crianza para la reproducción y preservación de estas aves, de gran belleza, porte mediano, cola en forma de camarón, colores metálicos en la capota del cuello, una silueta elegante, en la cual podría trazarse una línea recta desde la base de la cabeza a la cola y una gran acometividad en la lidia con otros ejemplares, a los que confunde y ataca fulminantemente.
En breve Koen visitará un sitio cercano a La Habana, que la empresa cubana le propone para establecer los padres de las futuras generaciones de Cubalayas nacidos en la ínsula.
Acerca de su trabajo de recuperación de la raza, cuenta que cuando ya parecía casi imposible encontrar las aves con los genes originales, las descubrió casualmente cuando visitaba a un amigo -también criador de pollos como él- en la localidad de Poughkeepsie, cerca de Nueva York, Estados Unidos. Entonces, vio en el patio de un vecino ejemplares muy parecidos a los Cubalayas.
Con su pasión logró convencer al propietario, obtuvo posturas y subrepticiamente las trasladó a su granja en Bélgica, donde logró algunos ejemplares, asesorado por un programa genético especial de la firma Hendriky Genetics, con la cual trabaja habitualmente.
Evelyn de Dios, coordinadora de este proyecto en Cuba, señaló que en el Museo Felipe Poey funcionará, lo que Koen denomina La Biblioteca del conocimiento adquirido.
Fuente: CubaSí