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Osmo Vänska: la Orquesta está lista para regresar
17May

Osmo Vänska: la Orquesta está lista para regresar

La Habana.- Justo cuando pensamos que quizá se nos escaparía la oportunidad de conversar con Osmo Vänska, fuimos llevados –en un apurado y nervioso revoloteo de cámaras, trípodes, y papeles– tras bambalinas, espacio tomado por enormes cajas de madera con el logo azul claro de la Orquesta Sinfónica de Minnesota.

 


Desde que el prestigioso conjunto anunciara hace unos meses su intención de visitar la Isla para participar en el Cubadisco 2015, la atención de los medios se dirigió hacia el hecho de que la agrupación repetiría el mismo viaje que hizo, 85 años atrás cuando todavía se hacían llamar Sinfónica de Minneapolis, aunque en un contexto diferente: sería la primera gran orquesta estadounidense que llegaría a Cuba luego de que en diciembre último Washington y La Habana acordaran sentarse a discutir el restablecimiento de relaciones diplomáticas.

 


“Estamos muy orgullosos de ser los primeros”, aseguró Vänska en un primer encuentro con la prensa este jueves 14, un día después de su llegada junto a sus 159 compañeros de viaje, quienes ávidos y entusiasmados no creían que estaban tocando tierra en una de las ciudades prohibidas por el gobierno norteamericano –y por eso más codiciada– para los ciudadanos de aquel país.

 


Solo tres días han pasado y ya los músicos han compartido experiencias con estudiantes de la Escuela Nacional de Música y la Universidad de las Artes, ensayado side by side con los miembros de la Orquesta Juvenil del Conservatorio Amadeo Roldán, ofrecido uno de los dos conciertos comprometidos y por supuesto, recorrido la urbe habanera, pintoresca por sus contrastes, y sobre todo, por el exótica que debe parecer una antigua villa colonial caribeña ampliada por siglos de aportes culturales diversos y no siempre armoniosos.

 


“Enseguida supimos que no iba a ser una gira común”, escribió en su primera reseña el músico Sam Bergman, encargado de las crónicas de la visita en sus Cuban Diaries (Diarios cubanos), publicados en la página oficial de la Orquesta. Con esto en mente, llegamos a la pequeña sala de protocolo de la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, donde el Maestro Vänska esperaba el momento de subir al escenario.

 

-¿Por cuánto tiempo la Orquesta ha estado pensando en venir a Cuba?

 

La verdad, todo sucedió muy rápido.  La primera idea de esta visita surgió en febrero, quizá a fines de enero de este mismo año. Este debe haber sido el menor tiempo de preparación para un tour que ha tenido cualquier sinfónica en el mundo, pero estoy muy feliz, aunque el itinerario sea muy apretando, que hayamos podido hacerlo. Ahora estamos aquí, y felices.

 

-¿La idea de tocar Beethoven es un tributo a la última visita de la Orquesta a La Habana?

 

Fue idea los organizadores locales. Querían que lo hiciéramos porque la misma Orquesta, que en aquel entonces se llamaba Sinfónica de Minneapolis, estuvo aquí en 1929 y 1930 y tocaron ante un auditorio repleto, entonces es maravilloso venir aquí y tocar la Sinfonia No. 3 de Beethoven, y es también emocionante pensar en la historia. La Orquesta estuvo aquí 85 años atrás y ahora estamos aquí haciendo casi el mismo programa.

 

-Debido a los recientes anuncios en la política de nuestros países, este viaje también tiene otra dimensión histórica.

 

Sí, creo que no hubiera sido posible sin la decisión de nuestros presidentes, el de Cuba y el de los Estados Unidos, de tender puentes. Cuando tuvimos la oportunidad de venir, por supuesto que estuvimos interesados.

 

-Lo que nos llama la atención es que la mayor parte de su tiempo en Cuba la Orquesta lo ha pasado intercambiando y compartiendo conocimiento con músicos y estudiantes cubanos. ¿Esto es algo usual en sus giras o es especialmente para Cuba?

 

Es algo que cada vez se va haciendo más común cuando estamos de gira, pero cuando hablamos sobre el programa en Cuba era muy importante para mi tener la posibilidad de compartir música, no solo con las audiencias, sino con los músicos también, por eso tenemos un solista cubano (el Maestro Frank Fernández), y a dos coros (el Nacional y Vocal Leo), eso unido a que hemos visitado ya dos escuelas de música y es muy bueno que hayamos podido compartir también nuestra manera de hacer la música, con estos jóvenes alumnos.

 

-Entonces quizá eso quiera decir que no tendremos que esperar 80 años para escuchar otra vez a la Orquesta…
 
Eso esperamos de verdad. Estamos listos para regresar lo más pronto posible.

 

Fuente: AIN