«El color rojo es el color de la ermita de la Roca, y el que da nombre al pueblo. El color azul es el cielo de Mont-roig. El verde es el verde de los algarrobos.» Con estos términos describía Joan Miró su paleta. Los colores de su obra son los del paisaje de Mont-roig y el artista los incorporó en las largas estancias que durante casi 65 años pasó en el mas familiar de esta localidad del Baix Camp.
Estos colores son la base de la propuesta museográfica y arquitectónica que recupera y adecua Mas Miró como casa de artista, un proyecto impulsado por la Fundació Mas Miró y desarrollado en tándem por los estudios RCR Arquitectes y Varis Arquitectes.
En sentido metafórico, Joan Miró afirmaba que hay que pintar «pisando la tierra, para que su fuerza entre por los pies». Con el objeto de que el visitante experimente la fuerza telúrica que inspiró la obra mironiana, la propuesta global de los arquitectos crea un conjunto museístico innovador que integra los espacios interiores y exteriores de la finca.
En cuanto al conjunto arquitectónico, la masía se rehabilita para alojar una muestra permanente sobre el vínculo entre Miró y Mont-roig. El estudio que el artista se hizo construir a parte revive para acercarnos a sus herramientas, su método y su estilo de trabajo. Por su parte, la antigua vivienda del masovero aloja en la propuesta un espacio de información y una sala de proyecciones.
«Fue el resumen de toda mi vida en el campo. Desde un gran árbol hasta un pequeño caracol, quise poner todo lo yo más quería en el campo.»
El pintor se refería así a La masía (1921-1922), culminación de una etapa inicial de su obra y paso previo antes de adentrarse definitivamente en su lenguaje de signos. La célebre tela a partir del Mas Miró, hito indiscutible de su trayectoria artística, les sirve ahora de referencia a los arquitectos para recrear la visión frontal exterior del futuro centro museístico.
Están presentes aquí los elementos principales del cuadro: el lateral de la casa de los masoveros, la balsa, el gallinero y la era como espacio de contemplación e inspiración.
La propuesta exterior se completa con un espacio para la evocación, situado entre los campos de cultivos de la finca, que pretende transmitir al visitante la experiencia de conexión íntima con el entorno que Miró vivó en esta tierra.
Para la adecuación museográfica del enclave, la Fundació Mas Miró proyecta destinar dos zonas polivalentes a talleres didácticos y actividades lúdicas, y construir de nueva planta un restaurante plenamente integrado en el entorno. La entrada al centro incluye dos zonas de aparcamiento diseñadas en coherencia con el carácter rural del mas. En concreto, el acceso se formaliza a través de un pabellón de nueva construcción en el que se acoge a los visitantes y donde se hallan ubicados espacios y servicios como la recepción, los recursos de accesibilidad, las oficinas y la tienda del centro.
El establecimiento estará abastecido con la línea corporativa de productos locales creada especialmente por la Cooperativa Agrícola Unió, gracias al acuerdo firmado con la Fundació Mas Miró en colaboración con la Successió Miró.
El proyecto se ejecutará en dos fases diferenciadas. La primera de ellas, que ya se ha iniciado y que permitirá la apertura al público del Mas Miró, contempla la musealización del mas, del estudio, la adecuación de la casa de los masoveros y la construcción del pabellón de acceso al recinto de la masía. Se prevé que tenga un coste aproximado de unos dos millones y medio de euros. La segunda fase, que incluye la sala polivalente, el restaurante, el espacio de evocación, un nuevo aparcamiento y un espacio para talleres, se prevé que tenga un coste en torno a los tres millones de euros.