Pasar al contenido principal
Día Mundial del Folklore: Tributo a las esencias
22August
Artículos

Día Mundial del Folklore: Tributo a las esencias

Honrar aquello que nos hace únicos es de las cosas más bellas que puede tener un pueblo. La globalización deviene a menudo enemiga de las costumbres autóctonas, mientras, la naturalización de muchas de ellas a veces resulta también una manera de olvidar cuán importante son en la identidad cultural.

Los 22 de agosto deviene una fecha especial en ese sentido. Nos recuerdan que celebrar la diversidad es el mejor antídoto contra el desvanecimiento de las fronteras y el olvido. Así, el Día mundial del folklore, en tanto expresión viva de las comunidades, se torna una fecha imprescindible del calendario ya no solo de las artes, sino de la cultura de cada nación. El folklore se alza como un baluarte de resistencia que nos conecta con nuestras raíces más profundas.

Folklore: Acervo de los pueblos

La primera vez que el arqueólogo británico William John Thoms usó el término "folklore" uniendo los términos "folk" (pueblo) y "lore" (conocimiento o saber), en una carta publicada en la revista The Athenaeum en 1846, lo hizo para referirse a las tradiciones y creencias populares que se transmiten oralmente. Algunos agostos después, el concepto ha trascendido esa primera definición para suponerse clave en la preservación de la cultura intangible.

De su origen anglófono, la palabra ha derivado en adaptaciones hispanas donde se sustituye la k por la c. De manera que exista también el vocablo folclore, aunque el significado sigue siendo el mismo. Desde entonces ha sido una suerte de recordatorio de la historia compartida que se transmite de una generación a otra. En ese sentido, la UNESCO ha jugado un papel crucial, promoviendo la salvaguarda de las tradiciones. A modo de homenaje a aquellas culturas que desbordan su identidad, nos acercamos a 5 comunidades cuyo nombre honra su folklor.

Nombres que cuentan historias

El nombramiento de ciudades a partir de la identidad local es muy común en América Latina, y sobre todo en las otrora civilizaciones precolombinas. Uno de ellos es Cocula en el estado de Jalisco, México. Su nombre proviene del náhuatl “Cocolán”, que significa "lugar de ondulaciones" o "lugar que se mueve", evocando la naturaleza viva y dinámica de su herencia cultural.

Otro caso notable es el de Chichicastenango en Guatemala, cuyo nombre deriva del náhuatl “Tzitzicaztenanco”, que significa "muralla de ortigas". Este pueblo es famoso por su sincretismo religioso, donde las tradiciones mayas y las creencias católicas coexisten y se entrelazan en una rica expresión cultural. El mercado de Chichicastenango es uno de los más conocidos en América Latina, donde se pueden encontrar desde textiles tradicionales hasta ceremonias espirituales que datan de tiempos precolombinos.

En Colombia, por ejemplo, encontramos Guainía, cuyo nombre significa "tierra de muchas aguas", refleja la profunda conexión de la región con sus ríos y su entorno natural. Mientras, Guaviare combina palabras indígenas que hacen referencia a un "río hondo y poderoso", lo cual subraya la importancia de los cursos de agua en la vida de las comunidades locales.

En otros casos, los nombres están ligados a figuras históricas. Uno de ellos es Córdoba, el cual lleva el nombre del héroe de la independencia, José María Córdoba. De ahí que no solo celebren el pasado, sino que también conecten a las comunidades con un sentido de historia y continuidad.

Foto de portada tomada de Cinco Vientos