Por Jorge Fernández Era
El documental Chucho Valdés… el niño que lleva dentro, dirigido por Ángel Alderete Gómez y perteneciente al catálogo de Producciones Colibrí, del Instituto Cubano de la Música, fue estrenado en el Cine Chaplin con la presencia de quien es uno de los mejores pianistas del mundo y tiene en su haber un total de nueve premios Grammy. El largometraje «nos acerca a uno de los músicos cubanos más importantes de los últimos años. A través de una entrevista, Chucho narra de forma íntima y honesta pasajes importantes de su vida y de su carera como músico. Se unen a este diálogo colaboradores, músicos y amigos, cubanos y de otras nacionalidades, que exaltan su condición de músico, su maestría, cubanía y estatura universal».
A la premier asistieron Ramón Samada, presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic); Carol Fernández Martínez, directora de la casa discográfica Producciones Colibrí; y Lorena Salcedo, esposa y manager de Chucho, además de músicos que han acompañado al pianista en su carrera artística de más de sesenta años.
En Chucho Valdés… el niño que lleva dentro, además de Ángel Alderete (guion, dirección y fotografía), participaron Gloria Ochoa y Marta Bonet (producción general), Rosa Marquetti (asistente de dirección), Nely Bauta (coordinadora de producción y postproducción), Sandra Salazar (productora), Misael Porto (edición, asistencia de dirección y diseño gráfico), Alejandro Alfonso, Dayana Rodríguez y Emilio López Alemán (sonido directo), Rebeca Alderete (sonido directo y mezcla de sonido), Henry García (efectos visuales), Amaya Carricaburo (investigación) y Marino Luzardo (narración).
Carol Fernández expresó a todos los que colmaron la sala de 23 entre 10 y 12 que no hay mejor forma de celebrar el aniversario 15 de Producciones Colibrí que estrenando el documental de Alderete, un material que «evidencia los sentimientos y la calidad humana de este gran músico cubano». Agradeció además a Comanche y al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), instituciones que participaron en la producción, así como a todos los que de una forma u otra hicieron posible su realización. «Sirva este momento no solo de homenaje a la obra de Chucho Valdés y a la música cubana, pues a través de su persona nuestra música ha sido más universal, sino también a aquellos que formaron parte de su vida y de la cultura cubana y hoy no nos acompañan físicamente», agregó.
Alderete tuvo palabras de encomio hacia Orlando Vistel, expresidente del Instituto Cubano de la Música, quien confió en él para la dirección del material y fue determinante por su apoyo y entrega para la feliz consecución del proyecto. «Me parece mentira ―afirmó― estar estrenando este documental después de tantas rutas y andares en cuatro años de producción. Estamos muy felices de poder enseñar el testimonio de uno de los músicos más importantes de nuestro país, de gran prestigio internacional, como lo es Chucho Valdés».
El fundador de esa mítica agrupación musical que respondió al nombre de Irakere, con la modestia que lo caracteriza, explicó que en Valdés… el niño que lleva dentro están buena parte de los momentos alegres y tristes de su vida, y reveló lo feliz que estaba por la cantidad de amigos y gente querida que lo acompañaban en esa noche memorable. «Estoy impactado por muchas cosas: aquí tengo a mis hijos, que es la semilla que me sigue en la música, y a ellos les doy las gracias por el impulso y el amor que me han dado; tengo también a mi esposa, Lorena Salcedo, que a mi lado ha pasado todos los momentos de trabajo con muchísimo amor. Tengo el honor de que haya asistido esta noche el verdadero corazón de Irakere, que es Oscar Valdés. También uno de los músicos que yo tomé como si fuera un hijo y que para mí sigue teniendo los 17 años que tenía cuando vino a formar parte de Irakere: César López. Y tengo que hacer un aparte para dar gracias al Maestro de todos los Maestros, el más grande músico que he conocido en toda mi vida: no creo que haya otro como el Maestro Leo Brouwer».
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