Por: Toni Piñera
Cuando se aprecian los espectáculos del Ballet Español de Cuba aparece nítidamente la influencia del flamenco en nuestros propios ritmos y en la fuerte base percutida de la música y el baile de la Isla grande del Caribe. Se baila con todo el cuerpo, con las manos, con los pies, con la mirada y el gesto. Hay mucho más: simbiosis, creatividad, ganas de hacer que se multiplican en la escena ante cada nueva salida. Por las hendijas de los 80 asomo el genio de lo español de la mano de esta agrupación que se ha ganado al público cubano y al de muchas otras latitudes con espectáculos que hablan de nuestra identidad. Porque todos estos años no han sido artistas nuestros que intentan bailar a lo español con un acento pintoresco, sino bailarines que descubren la raíz hispánica que hay en todos nosotros.
Es que Eduardo Veitia y el BEC (bailarines, profesores, ensayadores de los diversos estilos / asignaturas donde se suman flamenco, escuela bolera, bailes regionales, repertorio, danza contemporánea, adagio, actuación…), en todo este tiempo han creado un lenguaje teatral actual a partir del complejo cultural del flamenco y otras raíces de nuestra idiosincrasia, que no es en modo alguno una tradición muerta, sino una poderosa sabiduría popular que fluye con toda vigencia en la esencia de la hispanidad en estos tiempos. La carga emotiva, la profundidad de los sentimientos y la proyección del gesto hacen de este código escénico un ejemplo elocuente de cuanto puede penetrar la danza en la naturaleza humana y en la piel de un pueblo, para expresarlas.
En el BEC, que a través de los años ha respondido al nombre de Conjunto de Danzas Españolas del GTH, y desde el 1992 lo dirige el primer bailarín y coreógrafo Eduardo Veitia, está también la mano inspiradora de Alicia Alonso, quien siempre lucho por llevar a su lugar este género. A la gran bailarina y directora del Ballet Nacional de Cuba debemos esta feliz iniciativa que en este 2017 arriba a su aniversario 30.
Nuevamente regresa a su lugar de origen, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, con su carga de magia hispánica, en una temporada que han titulado La pasión enciende la escena, para dejar grabada otra huella en lo más profundo de nuestra identidad. Y se recordará, desde la centenaria escena que acaba de llegar a sus 180 primeros anos, aquellos primeros tiempos del BEC con un programa cargado nuevamente de sorpresas, y matizado con la elegancia que sabe asumir en cada espectáculo.
Piezas ya emblemáticas que han vestido al repertorio en el tiempo, Farruca del Molinero, de Manuel de Falla, Las bodas de Luis Alonso, versión de Eduardo Veitia sobre la original de Alberto Lorca, Asturias, de Isaac Albeniz, Suite Flamenca…, de autores inolvidables que nos han hecho sentir el latir del ritmo en nuestra sangre, otras coreografías de matices contemporáneos respirando desde las mejores tradiciones, donde también se funde la pasión genuina que ha cruzado el océano desde hace siglos, y también latitudes para vibrar hondo en los corazones desde cada orilla del Atlántico, y que estarán escoltadas muchas de ellas por el destacado guitarrista concertista Luis Manuel Molina así como por el grupo musical de la compañía, que llenaran de alegría genuina, cubaba y española, estas jornadas en que el BEC festeja el sueno de seguir iluminado la escena con ese profesionalismo de altos quilates que siempre los acompaña, y conquistándonos con el arte que nace desde las entrañas mismas de un pueblo, como el primer día. Por eso, volverán los tonos rojos a colorear la escena, sonaran las castañuelas, rasguearan las guitarras, se arquearan los cuerpos, flotaran los vestidos de cola en el espacio dibujando cada movimiento, como aquella primera noche de la agrupación, hace casi 30 años, cuando un grupo de jóvenes (hoy maestros) encendía de nuevo en la Isla caribeña la llana de lo español que yacía durante anos dormida en nuestra cultura, para no apagarse nunca mas.
Ballet Español de Cuba
GTH ALICIA ALONSO
Del 5 al 7 de mayo en los horarios habituales
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