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Las cosas interesantes también pasan en Art Marbella
31July

Las cosas interesantes también pasan en Art Marbella

Por Yordanis Ricardo Pupo (Enviado Especial) / Fotos: @yricardo

Cuando uno entra por primera vez en una feria de arte como Art Marbella –aunque hayas estado antes en muchas otras-, parece que entra en un laberinto de miles de metros cuadrados, repletos de obras de cientos de artistas, de innumerables países… Lo mejor entonces es buscar un punto desde el que comenzar la visita, como por ejemplo alguna galería que ya conozcas de otras ediciones y, una vez allí, dejarte llevar por los colores, los formatos, las técnicas...

Si llegas con la tarea hecha –últimamente plataformas digitales como Artsy y Mecenas 2.0 permiten saber de antemano quién y qué estará a la venta-, reconocerás fácilmente lo que vas encontrando, más allá de los archiconocidos Warhol, Tápies y Miró que este año también se dejaron ver por el Palacio de Ferias y Congresos Adolfo Suárez, en la Costa del Sol española.

Lo bueno de ver primero la obra y su título, luego el nombre del artista, y luego el de su marchante, es que la vista –sin llegar a ser tan avezada como la de un crítico o la de un coleccionista-, te permite hacer pequeños descubrimientos que no están sujetos a ideas preconcebidas.

Así, paseando por aquel ordenado laberinto que fue la cuarta edición de Art Marbella, encontré tres pinturas, de un mismo autor, que llamaron mucho mi atención. Vamos, que serían las obras que colgaría en mi casa si tuviera los 7,900 euros (más IVA) que costaban las más grandes, o los 1100 de la pequeña.

Los títulos eran tan enigmáticos como las pinturas: “Las cosas interesantes siempre pasan de noche”, “Conspirando en el exilio”, “Discusión viril”. Por suerte, allí estaba su autor para aclarar el misterio. 

 

Las cosas interesantes siempre pasan de noche
Las cosas interesantes siempre pasan de noche

 

¿Las cosas interesantes siempre pasan de noche?

“Esos dos niños parten de una escena de novela negra, de encontrar un cadáver, de la idea oscura que puede haber detrás de esa persona tumbada… pero a mí me interesa casi más esos dos niños, que están viviendo el suceso como una aventura. Es el resumen de esa parte oscura con esa parte emocionante.

“En el mismo contexto, puedes admirar las luces de la ciudad en el horizonte, un bosque esponjoso… entonces puedes llegar a esas sensaciones que yo tengo y que creo que todos tenemos, en relación a cómo es el mundo, cómo se percibe el mundo y cómo es en realidad.

“También tiene unas cuestiones técnicas que para mí son muy relevantes. El hecho de escoger la pintura no es baladí. Yo soy un artista contemporáneo y estoy muy al día a la hora de ver qué se hace y qué no. El hecho de escoger la pintura, marca ya mis intenciones.

“Creo que en las cuestiones técnicas hay inteligencia, porque nosotros no nos podemos permitir el lujo de pintar como lo hicieron los barrocos, por ejemplo. Hay que hacer una análisis actual de lo que es pintar bien. En mi caso, es transmitir unas ideas rápidamente. De manera que hay una parte de la obra que está muy cruda, muy poco trabajada, y otras en las que he insistido mucho”.

 

Conspirando en el exilio
Conspirando en el exilio

 

¿Conspirando en el exilio?

“Eso es erotismo oscuro, clandestino… aunque en el fondo no están haciendo daño a nadie. Hasta parece que se lo pasan bien. La pared de concreto parece algo siniestro. Ella lleva una pecera en la cabeza y hay algo cómico en todo esto, y de entretenido. Tiene esta dualidad”

 

Discusión viril
Discusión viril

 

¿Discusión viril?

“En realidad se llamaba “Discusión viril por el futuro de Occidente”, y representa la idea de llegar a las manos por un ideal. Se puede llegar a las manos porque han insultado a tu novia o a tu novio o porque te han robado la cartera, pero no porque tú pienses que el Occidente debe ser salvado. Esa idea de morir o matar por un ideal me hace mucha gracia; aunque en el fondo es la base de todas las atrocidades que hay en el mundo. Las dictaduras, los fanatismos, son cosas que parten de una idea que debió quedarse en eso, en una idea”.

Ahora ya podemos preguntar su nombre: Íñigo Navarro, madrileño, 44 años, pintor y cronista de la época que nos ha tocado vivir: “El materialismo está en su apogeo. Los ideales se han ido perdiendo: primero fue la idea de Dios, luego vino la ética, y la ética se cumple siempre y cuando no se interponga entre tú y el éxito.

“En todos nosotros hay, digamos, un lado oscuro que se difunde… Todos estamos aquí con la ambición de hacer arte, y quizás sería poco ético decir que mi arte es el que es arte y lo demás no, pero lo más interesante de esto es que yo sí admito este cinismo como parte de mi creación. Lo que pretendo con estas obras es tratar de transmitir esa visión, quizás negativa, que está dentro de nosotros y en el mundo que nos rodea, pero a la vez, contemplando la parte hermosa o misteriosa que hay dentro del mundo.

“Siempre pensando en esta idea: qué quiero contar y en dónde debo insistir, aspirando a hacer una obra de arte y entendiendo que, igual que tengo vanidad para decir quiero hacer una obra maestra, entender que eso ya no depende tanto de mí, sino del hecho de tener el talento necesario, acertar con el tema, y llegar con ella a la gente, ya sean coleccionistas o periodistas, que te puedan ayudar precisamente a seguir creciendo”.

Íñigo Navarro llega a Marbella de la mano de Contrast, una galería de Barcelona que intenta promocionar artistas españoles y europeos. Según nos contó Víctor Castañeda, comisario de ese espacio –ubicado en el Consell de Cen, en la capital catalana-, han traído a Marbella lo más representativo de su línea de investigación: la pintura figurativa contemporánea (Íñigo Navarro, Rafael Bestard, Juliane Hundertmark, Lluis Barba, Manuel Faura, Jacob Brostrup y Manuel Castillero).

Aunque parezca que esta entrevista ha sido sacada de las explicaciones que dan los artistas en los audios de Mecenas 2.0, mi conversación con Íñigo, frente a sus obras, sucedió realmente. Las fotos dan fe de ello; es lo que tiene dejarse llevar, recorrer una feria de arte sin prisas y no tener prejuicios…

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