Por Yordanis Ricardo Pupo (Enviado especial) / Fotos: @yricardo
Como era de esperar, la impresionante lámpara “Marie Coquine”, inspirada en Mary Poppins, y el “Balloon Rabbit” de Jeff Koons, fueron los protagonistas de la inauguración de la nueva feria de arte y diseño contemporáneo Marbella Design.
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Las obras se exhiben en el stand de Vértigo, una galería-showroom suiza, que anda a caballo entre la alta decoración y el arte. Su casa matriz está en Génova y su sede española, en el exclusivo hotel Marbella Club. Arte por Excelencias tuvo la oportunidad de conversar con Catalina Fernández, manager de Vértigo en España.
¿Se esperaban este revuelo?
“Nosotros apostamos por piezas singulares y exclusivas, porque Vértigo se ha posicionado en el mercado del “top of quality”. Queremos que la gente piense en Vértigo y piense solamente en calidad y en los número uno dentro del diseño a nivel mundial. Hemos querido participar en esta primera edición de Marbella Design con poquitas piezas, pero piezas top en el mundo del diseño a nivel mundial y hemos escogido tres nombres: Philippe Starck, Marcels Wanders y Jeff Koons.
¿Te refieres al autor de “Puppy”, la gigatesca mascota que hace guardia a las puertas del museo Guggenheim de Bilbao?
“Si, Jeff Koons es un escultor estadounidense mundialmente conocido, mas bien diseñador, y nosotros somos los únicos que lo vendemos en España. Balloon Rabits en rojo está causando sensación, porque todos sus trabajos son monumentales y esta es en tamaño coleccionista, te la puedes llevar a casa”.
(Su escultura "Balloon Dog" naranja, de misma serie en que se inspiran estas miniaturas, consiguió 43 millones de euros en una subasta de Christie's en Nueva York, rompiendo el récord mundial de la obra de arte más cara vendida de un artista vivo).
“Es una colaboración con la casa francesa Bernardaud (“La quintaesencia de la porcelana de limoge, desde 1863”), a la que el autor escogió para conseguir ese retorcimiento en los globos de esos animales tan graciosos que hace. Solo ellos podrían hacer esta porcelana esmaltada, con ese brillo y ese esmalte lacado. Impresionante. Es de una genialidad no solamente el diseño sino también la factura”.
¿Y la Lámpara?
“La lámpara “Marie Coquin”, del francés Philippe Starck fue diseñada para Baccarat. A partir 2012 se hicieron 120 piezas a nivel mundial. Esta es la número 56 y actualmente es la última del mercado (80 mil euros). En el 2015 estaban todas vendidas.
“Su construcción también es una genialidad, este trípode con un saco de arena en un extremo y luego esa lámpara de Baccarat con sus cristalerías y quince bombillas, todo bajo un mismo paraguas.... y ¡el tallado! Es muy frágil, muy vistosa, y un contrapunto con la solidez del trípode”.
Philippe Starck es un socio privilegiado de Baccarat desde 2003. Diseñó la decoración interior de su sede central en París y, luego, la famosa colección Darkside (2005), incluida la lámpara Zenith Noir, que se convirtió en uno de los íconos de la marca.
¿Qué otras “rarezas” suelen vender?
“Las sillas Jardin D’ Eden, que hizo el holandés Marcel Wanders para Christofle. Tenemos alfombras, como esta que imita los reflejos de una piscina, que es también una pieza particular, de la casa Tai Ping. Y esta cómoda italiana de Fratelli Boffi, de la cual siempre digo que si Vértigo fuera un mueble, sería este mueble: sería clásico, bien hecho, con calidad, riqueza, elegancia y luego con un rupturismo, de modernismo que conseguimos con ese agujero en fucsia”.
¿Tenéis obras de arte? De arte contemporáneo.... (y la mesa está servida para que hablemos de la vieja polémica de si el diseño, la arquitectura, pueden considerarse, conseguir obras de arte).
“Nosotros estamos más posicionados en diseño, pero a medio camino entre arte y diseño. Yo veo ese vaso de cristal, por ejemplo, que se llama Oxígeno, de Arcade Murano. Solo se hicieron 33 piezas. Eso es una obra de arte. Conseguir esa plasticidad, esas burbujas, esa iridiscencia... para mí esto es arte. El diseño que plasmas luego la manufactura lo convierte en arte.
“Nuestro fósil de cocodrilo podría estar reconocido como arte por cualquier museo. De hecho el Museo Arqueológico suizo está interesado en él. O los trozos de madera petrificada que hemos convertido en sillas...
“Y luego tenemos fotografías, porque nadie sabe que el dueño y fundador de Vértigo, hace 20 años era un prestigioso fotógrafo que trabajaba para Vogue y otras revistas internacionales. Contamos con su álbum particular, de una época en que cotizaba cada fotografía a diez mil euros. Fotografías sobre plata, no sobre papel”.
¿Llevan poco tiempo en Marbella?
“Solo seis meses. Pero en Suiza tenemos una tienda de 600 metros cuadrados y ahí son ya seis años. En Marbella la tienda es más pequeña. Realmente nos gustaría tener algo mayor pero apostamos más por la localización: estamos en el Hotel Marbella Club y ahí podemos atender a todo el mundo. Desde vender piezas exclusivas como estas de las que hemos hablado hasta hacer el diseño de interiorismo de una casa al completo.
¿Por qué se escogió Marbella para primer destino extranjero de Vértigo?
“Marbella es un lugar muy interesante. Porque tiene el mercado local y el mercado internacional. Es un sitio que invita no solo a la relajación y al disfrute. Las iniciativas que se hacen con respecto al arte y a la cultura son cada vez mejor acogidas y es por lo que se debería apostar en esta ciudad, para que vuelva el turismo y que el ciudadano de aquí tenga ese gusto por decorar sus casas, ahora que la construcción otra vez ha iniciado tan fuerte. Ha sido una mezcla de muchísimas circunstancias lo que ha hecho a Vértigo apostar por Marbella”.
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